15 reos de Huachalalume con enajenación mental esperan su traslado a siquiátrico

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Debido a su condición de salud, son internos que llegan con una calidad procesal muy diferente al común de todas las personas cuando caen en prisión preventiva o quedan condenados por algún delito. Serán derivados al hospital psiquiátrico de Putaendo, en la región de Valparaíso.

En Santiago, la Dirección Metropolitana de Gendarmería interpuso un recurso de amparo en favor de 44 personas privadas de libertad, tanto en la Penitenciaría como en Santiago Uno, para que el Ministerio de Salud se haga cargo de ellos, porque sufren «enajenación mental».
En La Serena, en el penal de Huachalalume, 15 son los reos que padecen una situación similar y esperan ser derivados al Hospital Psiquiátrico de Putaendo, en la región de Valparaíso. Llevan aguardando un buen tiempo, toda vez que la lista de espera también corre para ellos, cuenta el dirigente Jokan Garrido, presidente de la provincial Elqui de la Asociación Nacional de Funcionarios Penitenciarios, Anfup, (ANFUP).
Son internos que están con una calidad procesal muy diferente al común de todas las personas cuando caen en prisión preventiva o quedan condenados por algún delito, «ya que quedan en internación provisoria, por lo que no son imputados ni condenados, pero dependen igual de Gendarmería», explica.
Un panorama complejo, puesto que si en alguna oportunidad intentan concretar algún tipo de evasión o agresiones a funcionarios, «lamentablemente gendarmería no puede utilizar sus armas y ahí la ley es bien ambigua, puesto que por tener esa tipificación de internación provisoria, se corre el riesgo de que en algún momento podamos hacer uso de las armas con la incertidumbre del personal, porque nosotros custodiamos a imputados y condenados y no hay nada en nuestra reglamentación que haga referencia a las personas que están en esta internación provisoria».

Se han intentado cortar

Lo cierto es que la situación se ha vuelto «insostenible» en el último tiempo, dado que los funcionarios han expuesto en variadas oportunidades esta problemática.
Estos internos, en su mayoría de nacionalidad chilena, están a la espera de que haya un cupo o cama en el hospital psiquiátrico donde deben ser derivados.
«Los trámites se demoran por la lista de espera, y mientras tanto quedan en los hospitales penales, lo cual quita camas y espacio para otros internos que necesitan estar en el hospital, como aquellos que están en otros recintos y deben ser derivados a la unidad para realizar el reposo. Pero lamentablemente no pueden, porque no tenemos la disponibilidad de habitaciones», precisa.
La última persona que se fue al recinto de Putaendo, lo hizo en enero, y en este momento el resto está en carpeta esperando la disponibilidad para ser trasladados a dicho centro psiquiátrico.
Si bien el traslado es un hecho, la demora es lo que en realidad complica a los funcionarios, quienes argumentan que estas personas no pueden estar durante meses encarcelados, sin el tratamiento adecuado, junto al resto de la población penal.

«Se encuentran con los traslados confeccionados, pero depende exclusivamente de la capacidad y disponibilidad que tenga el hospital psiquiátrico, debido a que esperan un cupo para que recién puedan ser trasladados. Pero es un problema, porque son internos que tiene alguna patología psicológica bajo tratamiento de estupefacientes y tiene que ver necesariamente con el control de ira o su ansiedad».

En cuanto a si las cárceles deben tener las capacidades para poder atenderlos, explica Garrido que «las unidades concesionarias tienen los módulos terapéuticos donde hay internos (homosexuales y trans) con algunas enfermedades patológicas, pero están condenados por los tribunales. En este caso en particular, son internos que se encuentran en internación provisoria. Afortunadamente no hemos tenido alteraciones de gran envergadura, aunque sí se han intentado cortar…».

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