El certamen se desarrolló hace unas semanas en Kazajistán, país de Asia al que llegaron 14 competidores nacionales, uno de ellos el maestro Juan Bravo y dos atletas de La Serena.
Hasta la ciudad de Astana, en Kazajistán, viajó hace unas semanas el maestro V Dan Juan Bravo Zuleta. Y no lo hizo solo, pues de La Serena fueron dos competidores más -una juvenil y un adulto-, que junto a Bravo y otros 11 competidores del país, representaron a Chile en el mundial de Taekwondo.
El evento, el «XXII ITF Taekwondo World Championship», reunió a más de 900 competidores de diversos países y se realizó entre el 19 y 26 de agosto, instancia en la que Bravo participó en la categoría de veteranos hasta 80 kilos, en la modalidad de forma y combate, trayendo medalla por el tercer lugar en combate.
Pero su peregrinar en mundiales se inicia en 2018, en Bielorrusia, país hasta donde viajó para obtener dos preseas, un segundo lugar en forma y un tercer lugar en combate.
Para Bravo y su academia, la Escuelas de Taekwondo Quauhtli, de Coquimbo, hay dos eventos importantes en lo que resta de temporada. El primero se desarrollará en octubre, el Mundial de taekwondo adaptado en Nueva Zelanda, «así que estamos viendo la posibilidad de que uno de los competidores pudiera estar presente; y el otro evento es una invitación para viajar a Miami, Estados Unidos, entre el 8 y 9 de diciembre, donde se desarrollará un torneo con características de mundial».
TIEMPOS DE PANDEMIA
Para los deportistas no es fácil el mundo del deporte cuando no se trata de fútbol. Y en pandemia, muchos lo pasaron mal. Sin embargo, Bravo reconoce que, de una otra manera, en tiempos de covid fueron más los niños, niñas y jóvenes que se animaron a hacer deporte y practicar esta disciplina.
«En pandemia, así como hubo momentos en que tuvimos que salir a entrenar a los parques, mucha gente se nos acercó porque veían una herramienta para que los niños pudiesen desenvolverse, compartir y sociabilizar un poco más. Y eso de verdad que nos visibilizó y comenzó a llegar mucha gente, especialmente niños, y en mi caso, niñas y adolescentes».
Explica que seguramente hubo un cambio en querer buscar el arte marcial como una herramienta para darle más disciplina a los niños, «una herramienta donde puedan sociabilizar y también un medio de actividad física, en que los niños pudiesen fortalecer no solamente su cuerpo, sino también su carácter».