Fue autorizado por el alcalde de La Serena y tiene preocupados a dueños de locales establecidos. Locatarios de tradicional feria del centro dicen que las ventas se les vinieron abajo y nadie entra a comprarles.
14 horas en punto y en el persa Las Cenizas, de calle O’Higgins en La Serena, no hay visitantes. Con suerte ingresa gente a mirar «pero casi nadie a comprar», dice una locataria.
Una situación compleja y que justamente se ha agudizado este último tiempo, especialmente por la competencia «desigual» con el comercio ambulante, que ahora, con la venia del alcalde de La Serena, Roberto Jacob, fue instalado en un boulevard en calle O’Higgins, entre Gregorio Cordovez y Arturo Prat.
«Nosotros pagamos arriendos, servicios, incluso un nochero de semana y de feriados, y no vendemos nada. Entonces estamos sacando plata de nuestros ahorros, de lo poco que tenemos. Claro, el alcalde hizo una cosa buena, que fue sacar a los ambulantes de las calles, pero ahora les entrega la facilidad, cuando no pagan nada y venden mucho», reclama Ana Luisa.
En su mayoría son mujeres emprendedoras cuyos hogares dependen de ellas, por eso existe preocupación ante las pocas ventas que han tenido.
«Llevo 22 años trabajando acá y hemos ido viendo este sistema de trabajo, y de verdad que nos ha perjudicado mucho y no culpamos a los ambulantes, pues ellos tienen derecho al trabajo, pero es una mala decisión de las autoridades», se lamenta Ivonne.
En el persa la situación no ha sido buena, «todos lo sabemos, pero más encima nos instalan a los ambulantes a menos de una cuadra, y la gente va para allá porque los productos que venden son más baratos. Y pueden vender lo mismo que nosotros, como por ejemplo un pantalón de buzo que acá cuesta 9 mil pesos, ellos lo tienen a 4 mil, entonces dónde comprará la gente, donde ellos. De verdad que la situación está muy desigual».
Ese persa hace algunos años sufrió un incendio y muchos locatarios perdieron todo, «pero el alcalde nos ayudó mucho y eso se agradece. Sin embargo, ahora necesitamos colaboración, porque estamos muriendo y a este ritmo quizás el próximo año algunos de nosotros ya no estarán en este lugar. Muchas locatarias somos mujeres y nuestros hogares dependen de nosotros, por eso hacemos un llamado a que la gente venga y prefiera nuestros productos, como lo hacían antes».
Difícil situación
Tres años lleva en un puesto Valentina Guerra, y a su juicio, la situación se agudizó. Incluso en ocasiones no abre el local y sale a trabajar de Uber, conde le va incluso mejor. Pero le gusta este lugar y espera que todo vuelva pronto a la normalidad.
«Lo que nos está afectando es el comercio ambulante. Hace años que es el mismo problema, y ahora, con la autorización del alcalde, se instaló un boulevard a unos metros de nosotros. Ellos no pagan patente y lucran de una manera increíble, mientras que nosotros hemos tenido que pasar penas y vamos de mal en peor y lo digo en general, ya que es en todo el centro y en casi todos los locales establecidos».
Tan difícil se ha vuelto la situación, «que hace años que no se veía tan poca gente. Y si se da cuenta en este momento, siendo las 2 de la tarde, no anda nadie. ¡Se fija! Este persa es conocido por sus productos y precios, pero la gente busca lo más barato que se les ofrece en la calle y lo hacen precisamente al no pagar arriendos, tampoco un permiso. Increíble la cantidad que venden y eso nos perjudica. Todo bien para ellos, cuando acá nosotros estamos sacando dinero de nuestros ahorros para estar pagando el arriendo y otras cosas con las cuales debemos cumplir».
