Cada vez falta menos para retornar a los establecimientos educacionales, y los expertos entregan tips para evitar que este proceso sea algo tan complejo para los alumnos, que pueda elevar sus niveles de ansiedad.
Entramos a la segunda quincena de febrero y para muchos esto es sinónimo de que las vacaciones han terminado. Basta con hacer un recorrido por las tiendas, tanto de La Serena como de Coquimbo, para darnos cuenta que sus vitrinas exhiben uniformes escolares, y en las librerías ya acuden los apoderados con las costosas listas de útiles escolares.
Cada vez se ven menos los turistas en un claro cambio de escenario. En este sentido, quienes más resienten esta modificación en el estilo de vida veraniego, en relación al resto del año, son sin duda los estudiantes, quienes se ven sometidos a un importante estrés durante esta época, mientras se preparan para retomar sus estudios.
La voz experta
La psicóloga de la Universidad Central, Marisol Urrutia, es experta en temas infanto juveniles y por supuesto que advierte respecto de lo que viven los niños y adolescentes en estas épocas. «Estrés, ansiedad, preocupación, y en ocasiones temor a lo que enfrentarán, son palabras que comúnmente escuchamos por parte de los y las estudiantes cuando deben retornar a clases luego de un periodo de vacaciones, puesto que implica volver a la estructura del sistema, volver a encontrar a amigos y compañeros, enfrentar un nuevo curso y nuevos desafíos, enfrentando a la vez la presión escolar de las calificaciones, sumado a las expectativas a nivel familiar», explica Urrutia.
Respecto a qué tipo de preocupaciones enfrentan los niños, son diversas, dice Urrutia, y van desde la molestia por la rutina hasta los procesos adaptativos en quienes, por ejemplo, llegan a un nuevo colegio. «Las preocupaciones son diversas y la posibilidad de control en algunos casos es escasa. Asimismo el retorno a clases involucra en algunos casos un complejo proceso de adaptación, debiendo adaptarse a nuevas rutinas y contextos, nuevas formas de concebir las relaciones interpersonales y los estudios, pudiendo llegar a un estrés».
Todos son diferentes
Por su parte, Rodrigo Torres, también especialista en parentalidad, coincide en que el estrés puede generarse, sin embargo, no lo ve del todo negativo. «El estrés es una respuesta normal a los desafíos de la vida, por lo que el estrés en sí mismo no es un problema. Ahora, qué interpretación le doy al estrés, va a hacer la diferencia respecto a si me va a generar daño o va a ser un desafío que me permita crecer», afirmó.
Agregó que no hay diferencia entre los grupos etarios en relación a la ansiedad que se les puede producir debido al retorno a clases. Les afectaría a todos por igual. «Son otras condiciones las que generan diferencias en cómo se enfrenta esto, y tiene que ver con los recursos que la persona tenga. Cuando son más chiquitos tiene que ver con los recursos familiares que tengan, es decir, que el niño tenga quien lo acompañe en este proceso, y ya cuando son niños más grandes, tiene que ver con recursos de la misma personalidad, los que los van a hacer vivir esto de mejor o peor manera», indicó el experto.