Vecinas de la comuna puerto denuncian amenazas y presiones de parte de un individuo de nacionalidad extranjera que exige un pago por «cuidar el vehículo» en los entornos del hospital San Pablo de Coquimbo. El sujeto, que fue registrado por cámaras de un celular en su avezada forma de actuar, confesó que esta sería una práctica «común» para no dejar estacionar a los que se nieguen a colaborar en una siguiente oportunidad.
Descarado. Así catalogan al colombiano que hace unos días pidió dinero a dos mujeres tras dejar su móvil en las afueras del recinto de salud, por calle Dr. Moukarzel. Al negarse, ya que iban y volvían, alegan que el presunto trabajador, con peto naranjo, habría comenzado a fotografiar la patente del carro, lo que acusan de frentón como una amenaza.
«Si usted no quiere aportar a esta situación, es problema suyo. (…) Yo a usted no la estoy amenazando, solo le estoy hablando con base y argumento. Nadie la está obligando a que me de plata. Yo solo quiero aprenderme la patente, para cuando venga luego, yo no la voy a dejar a estacionar», decía con tono firme y violento el ciudadano inmigrante.
No podían creer «las patitas» de sujeto y reían nerviosas con la mala experiencia. Sin utilizar ningún improperio, pero con una voz cada vez más arriba y hablándole golpeado a las damas, el tipo daba cuenta de aires de superioridad.
«No es que sea dueño de la calle, pero por la trayectoria que tengo, de dos años trabajando acá, les digo que así funciona», mencionaba sin escrúpulos el extranjero.
Incluso el hombre llamó a la escena a una colega suya, también extranjera y que estaba metros más allá. Le pegó un silbido. El objetivo, decía, era de que las denunciantes se «entendieran con ella».
«Así hay un trato con más respeto, entre ustedes mujeres se entienden mejor», puntualizaba el cafetero, cuestión que terminó por asustar a las mujeres que en ese momento dejaron de grabar al sentir que el asunto cambiaba de tono.