Desde principios de año que el jefe comunal de La Serena, Roberto Jacob, en un trabajo coordinado con la Delegación Presidencial, logró que los vendedores ilegales se retiraran del centro de la ciudad, entregándoles un recinto para que se instalarán.
Sin embargo, éstos no cumplieron los compromisos y volvieron a la vía pública, particularmente a La Recova. Fueron retirados y, según señala el edil, ya no hay más diálogo. Algunos han vuelto al Mercado y otros han tenido que tomar distintos caminos.
La semana pasada, al ser consultado sobre el tema, el alcalde Roberto Jacob fue categórico al señalar que el tema de los ambulantes es algo que se encuentra prácticamente solucionado, ya que luego de que los sacaran de La Recova, cerrando el perímetro e impidiendo que pasaran, «la mayoría ha vuelto al mercadito, porque han entendido que no les queda otra opción que estar allá, ya que cuando intentaron salir a la calle nuevamente nosotros actuamos de manera muy enérgica», dijo.
No están todos
Si bien es cierto que poco más de 40 vendedores sí han regresado al Mercado Central, igualmente no están ahí con todo el gusto del mundo, sino que -tal como señala el edil- porque no les queda otra opción-, y efectivamente la vigilancia en la calle por parte de inspectores municipales y Carabineros se ha intensificado a tal punto que les es imposible estar, aunque sea por algunas horas, en la vía pública y lograr vender algo. Así lo expresa una de las comerciantes que está en el mercadito, quien prefiere no dar su nombre porque, argumenta, ella no es la dirigente pero sí tiene una opinión que sería generalizada entre quienes han retornado.
«No sé cuánto aguante esto aquí. No se gana nada y está el tema de los arriendos. Eso nos tiene complicados. Además, creo que el alcalde ya no quiere más reuniones ni nada, se acabaron las propuestas, como que todo ya está en malos términos», remarca la vendedora.
CUMPLIR LOS COMPROMISOS
La vendedora tiene razón y así lo deja en claro el alcalde Jacob, quien afirma que, respecto de nuevas reuniones, negociaciones o compromisos, ya está todo agotado. «Les ofrecimos todo lo que les podíamos ofrecer, nos reunimos y nunca estuvieron conformes, pese a los esfuerzos que realizábamos como municipio, así que ahora no queda más que acatar, tal como veo que lo están haciendo. Yo no estoy para más reuniones, para que me hagan compromisos ni nada, esa etapa ya pasó. Los compromisos de esta parte y de ellos están hechos y se deben cumplir. Ahora. Si ellos no lo hacen, se tendrán que atener a las consecuencias», aseveró Jacob.
Y claro, la postura de Jacob podría parecer intransigente a estas alturas, sin embargo, uno de los grandes problemas que tuvo el edil durante sus tres periodos fue precisamente el comercio ambulante, por ello, irse y haber logrado erradicarlo, tiene un carácter concreto en términos de ordenamiento de la ciudad, y también simbólico porque estaría cerrando un ciclo. «Dejaré la ciudad libre de ambulantes, eso es un compromiso que me auto impuse y también que adquirí con la comunidad. Mientras siga como alcalde, ellos no vuelven a la calle. Les dimos y una solución y muchas opciones, pero demostraron que lo que siempre quisieron de verdad era estar en la calle. Ahora no pueden hacerlo y, te insisto, ahí tienen el mercadito», refirió.
Si bien muchos vendedores han retornado al Mercado Central, otros simplemente no le encuentran sentido y siguen intentando instalarse en las calles, pero el copamiento que ha hecho Carabineros, en conjunto con los inspectores, ha dado resultados para mala suerte de ellos. Consultamos a uno de los vendedores rebeldes, que hoy sobrevive con lo que vende en las ferias libres y de las pulgas, pero que no ha podido volver a la calle, y piensa que el Mercado Central no es la mejor opción en este momento. «Creo que nos estamos llevando la peor parte de algo que no fue bien hecho. Nosotros en la última etapa lo que estábamos pidiendo era que nos hicieran promoción, que se difundiera esto como en un principio, pero ya todo se volvió conflicto y nosotros quedamos como los malos».