Choferes, Carabineros, comunicadores sociales, periodistas, entre otras profesiones u oficios, están destinadas a ponerse las botas y el overol mientras otros prenden el carbón y se calzan el traje de huaso. Familias que se dejan de ver, hijos que preguntan por ellos y, sobre todo, el descanso en compañía de los seres queridos, es lo que resignan algunos para que la mayoría de las personas pueda pasar unas fiestas seguras e informarse de todo el acontecer. En la crónica, los relatos de quienes no duermen por la vocación de servir.
Por estos días, la mayoría de la gente descansa. Claro, son las fiestas patrias, y encima «XL», ya que muchos comenzaron estas mini vacaciones a partir del viernes 13. Los asados en familia, el tiempo con los seres queridos, los días de Pampilla o simplemente disfrutar el salir, aunque sea por poco tiempo, de la estresante rutina, son reconfortantes.
Sin embargo, no todos tienen esa posibilidad. Algunos por vocación y otros por obligación, no descansan durante este «18», ya que cumplen labores esenciales, sin las cuales mucho de lo que le da color y sabor a los eventos que conmemoran la independencia de Chile, no se podría desarrollar y no tendrían la difusión que merecen, en momentos tan especiales para el país.
De idas y vueltas
Ricardo Taibo es uno de los que resigna el pasar estas fiestas con los suyos, para poder llevarles el sustento, y lo hace desde hace décadas, cuando comenzó a trabajar en la locomoción colectiva mayor. Ha pasado por varias empresas, pero hoy se encuentra en Lincosur y es uno de los choferes de La Serena que se han instalado en fila en la Avenida Francisco de Aguirre para llevar y traer a la gente hacia y desde la Pampilla de Coquimbo.
Su jornada ya es larga de por sí, y habitualmente se levanta a las cinco de la mañana al laburo, para retornar a su casa alrededor de las 20.30 de la tarde, pero ahora, en tiempos festivos, tal como sus colegas, tiene que ponerle el pecho a la alta demanda y está iniciando su jornada un poco más tarde, a las 08.00 am, para terminarla a eso de las 04.00 am, es decir, durmiendo alrededor de cuatro horas. Está acostumbrado y se lo banca, pero sabe que en su familia, si bien lo comprenden, les gustaría que estuviese con ellos.
«La verdad es que es una costumbre ya, ellos igual hacen su asado con otros familiares y no dejan de celebrar, pero siempre está eso de que a uno le gustaría pasar estas fechas también en la casa, pero no se puede nomás. Aunque era más complicado antes, cuando mis hijas estaban chicas, pero ahora están grandes e incluso una ya no vive con nosotros, así que saben que al final, si uno se ausentó, fue por ellas mismas», argumenta el conductor.
Retribución a fin de mes
Taibo es categórico y asegura que el que aumente la remuneración o las ganancias durante este tiempo que es cuando más trabajan, es algo incierto, ya que influyen diversos factores, aunque él espera que sí, como ha sido la mayoría de las veces. «Es que además de aumentar el tiempo de trabajo, uno tiene que pasar por varias cosas. Te tienes que acostumbrar a los cabros que andan odiando, que no quieren pagar, y también a los curaitos, que tampoco uno los va a dejar tirados. Hasta el momento no hemos tenido hechos de violencia ni nada por el estilo, pero es complejo y estresante la labor en fiestas patrias», explica el chofer, a quien todavía le quedan un par de días para poder hacer lo que la mayoría hace por estos días, descansar.
Carabineros, siempre
Para el teniente coronel Francisco Aravena, prefecto de Carabineros Coquimbo, contrario al común de la gente, el trabajo aumenta durante este fin de semana largo, con un despliegue mayor debido a la Pampilla no sólo en la comuna puerto, sino que también en las que se efectúan en otros puntos de la provincia. Pero el coronel lo ve como algo que está adherido a la función, ya que sabe que, sin ellos, sería imposible resguardar la seguridad y el orden y, por ende, que se realizaran estos eventos para que la gente los pueda disfrutar. «En mi caso toca trabajar, pero yo represento a los miles de carabineros que deben hacerlo durante estas fechas, donde la labor es ardua, pero con mucha vocación y disciplina logramos sacar adelante esta tarea», enfatiza.
Respecto a la vida familiar, se saca el sombrero por su mujer, «la compañera de vida perfecta, que entiende la vida de un oficial de Carabineros». Sin embargo, está pendiente el tema de los hijos, a quienes si bien no puede ver demasiado durante estos días, los compensará cuando le toque descansar. «Uno debe buscar el equilibrio, por supuesto que el tiempo debe distribuirse bien y la familia es algo fundamental para el espíritu del funcionario. Por eso mi mensaje a los que están empezando es a que no se desanimen, que así es la vida del carabinero, que a veces trae sacrificios, pero también satisfacciones», sostuvo el prefecto de Coquimbo.
La labor del comunicador
Radio Riquelme tiene más de 80 años y está presente desde la Pampilla número 1, sin ausentarse en ninguna oportunidad. En su versión 2024, también están cubriendo durante todos los días, desde las actividades diurnas, como también el gran show de la noche. Así lo explica el director de la emisora, Pedro Castillo, quien si bien reconoce que, para él, en décadas anteriores era muchos más desgastante, ya que tenía que estar en terreno prácticamente 24/7, en la actualidad, gracias a la coordinación con su equipo, puede estar algo más tranquilo, aunque no tanto. «Lo que pasa es que antes yo no tenía este rol, pero con los años el equipo se ha ido ordenando, han aparecido las nuevas tecnologías que a veces te alivianan el trabajo. Pero de todas formas es desgastante, para uno como comunicador y para todos los medios de prensa que sacrifican el estar con los suyos para estar con la comunidad durante este gran evento, como lo es la Pampilla», finaliza el locutor radial y director de uno de los medios con más tradición en el puerto.
