Comercio establecido porteño en alerta por trabajos en calle Portales

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Se quejan que las ventas han caído, porque la gente no va estando todo cerrado, con mallas y escombros. «No sabemos hasta cuándo estará así», se lamentan. Desde el municipio dicen que hasta el 4 de noviembre.

Varios son los locales de calle Portales con Melgarejo, en pleno centro de Coquimbo, que se han visto «perjudicados» por los trabajos que comenzaron hace varias semanas y todavía no tienen fecha de término.
Lo curioso es que, como aseguran, esta semana no se ha trabajado y los escombros continúan, cerrados solo por mallas. Esto les ha desfavorecido sus ventas, «porque es poca la gente que viene al ver que la calle está cerrada. Hicieron los arreglos, quitaron todo, y a los días el piso nuevamente se levantó, es decir que el mismo trabajo es el que están haciendo de nuevo. Entonces cierran las calles y dejan así, como está ahora, lo que nos ha afectado, porque los autos no pueden pasar y las personas evitan transitar», cuenta Nivieth Marín, locataria.
A eso de las 16 horas es poco el tránsito en ese lugar del sector céntrico de la comuna, «y nosotros somos quienes estamos perdiendo. Son varios los locales que están pasando por el mismo inconveniente y nadie hace nada», se lamenta.
Reconoce que habló con las personas encargadas de los trabajos, «y me dijeron que al menos tienen para unas dos semanas, cuando el problema es que hace días que la calle está cerrada y no se está trabajando. Solo se barre y se corren los escombros, pero nada más. Es la tercera vez en este año que cierran la calle».

Pronta solución

Yanet Díaz trabaja hace casi dos años en ese lugar, y si bien no es la primera vez que pasan por la misma situación, hoy el panorama es distinto, «porque llevamos varias semanas con la calle cerrada y la verdad es que nos ha perjudicado mucho. Habitualmente cerramos cerca de las 20 horas, pero ahora lo hacemos a las 18 horas, justamente porque ya no anda nadie por acá desde temprano».
Agrega que «son locales costosos, entonces no podemos venir a sentarnos todo el día esperando a ver qué pasa y no tener idea de cuándo abrirán la calle».
Alejandra tiene hace cinco años un local de peluquería y dice no entender «por qué demoran tanto los supuestos trabajos». Para ella y la mayoría de quienes tiene sus locales, «deberían avisar tal como lo hacen cuando cortan la luz, por ejemplo, que dicen el día y la hora. Creemos que esto es una burla con la sociedad y con los comerciantes, toda vez que nos vemos perjudicados y no vemos fecha de término».
Han causado temor los accidentes sufridos por varias personas, especialmente de la tercera edad, «quienes se han caído precisamente por culpa de las mallas que ocupan para cerrar. Está fuera de tono, pues qué les cuesta venir, recoger los escombros y llevárselos. Hace días que la obra está abandonada, todo tal cual, y han venido solamente para arreglar la malla que se cae, pero nada más».
Afirma que la preocupación «no es solamente por el tema comercial», pese a que sus ventas «han caído y la mayoría está cerrando a las 18 horas, cuando deberíamos hacerlo cerca de las ocho de la noche», sino también porque el lugar se ha visto abandonado.
«A las cuatro de la tarde la gente ya no transita, justamente porque no hay estacionamientos, no se puede pasar y a la gente le da lata andar cuando ve que las calles se están arreglando».

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