Desde 2008 que todos los 31 de octubre en Chile se honra a las Iglesias Evangélicas y Protestantes. En la región, la obispo presidenta del Consejo de Pastores de la región de Coquimbo, Silvia Cepeda, cuenta cómo ha sido el trabajo en estos años.
El Día Nacional de las Iglesias Evangélicas y Protestantes se conmemora en el país el 31 de octubre de cada año a partir de 2008. Coincidencia o no, el mismo día que en el país, especialmente niños y jóvenes, celebran la noche de brujas, popularmente conocida como Halloween.
Entre calabazas, arañas y el famoso dulce o travesuras, la fiesta se ha masificado que ya parece una festividad nacional. Sin embargo, esta divertida y tenebrosa celebración no suele festejarse en algunas religiones cristianas como la evangélica, por ejemplo.
Silvia Cepeda, obispo presidente del consejo de pastores evangélicos de la región de Coquimbo, cuenta que esta fiesta «es una interferencia que nos obliga a celebrar con más ahínco y con más fuerza para contrarrestar estas tinieblas, pues creo que la gente más por desconocimiento practica esta fiesta, que no es nuestra, sino que viene de otro país».
Único en el mundo
Para hoy, minutos antes de las 11 de la mañana, en el frontis del Gobierno Regional, izarán la bandera cristiana junto al himno emblemático de la iglesia evangélica, «firmes y adelantes», con la banda del regimiento y luego una homilía en el salón Gabriel González Videla.
«Ya son 16 años (desde 2008) que conmemoramos, y es el primero y único país en el mundo que tiene su día feriado legal, así que es una responsabilidad mayor y por eso que no podemos desaprovechar la ocasión de entregar este potente mensaje en la homilía».
No cabe duda que hoy la opción evangélica y su feligresía se levantan como un actor social relevante en la vida pública nacional. Y esto ocurre hace 505 años, para ser más exactos, desde la existencia de la iglesia, que encuentra su origen humano en el pensamiento y ministerio de Martín Lutero.
Justamente el fin de semana se desarrollaron las elecciones municipales y regionales, y para el mundo evangélico quizás el momento de cambiar el rumbo.
«Estamos preocupados y ocupados de poder orar más, de poder ser más íntegros, porque dice la palabra de Dios que, si los fundamentos caen, qué hará el justo. Entonces el justo debe ser íntegro, porque estamos en un escenario que para nosotros es respuesta de Dios y orando para que Dios saque a la luz lo oculto».
Formaron el Partido Social Cristiano, que acá -particularmente en el norte- está recién en pañales (su presidenta regional es la core Tatiana Castillo), «pero que, en el sur, en el Bio Bío, es potente, incluso sacamos alcaldes, concejales y diputadas que han defendido bien los temas de ideología que quieren pasar como ley, como la de convivencia escolar, que creemos es buena, pero venía cargada de ideologías».
¿Tienen un pensar retrogrado, anticuado?
Los hemos analizado y creemos que la defensa de la familia nunca pasará de moda, toda vez que es la base de la sociedad. El diseño de Dios fue para que la familia tuviera permanencia, entonces eso no puede quedar obsoleto. La ley de Dios no pasa de moda, pero sí entendemos que el mundo cambió y las personas también.
¿Han sumado gente al mundo cristiano o se han ido restando con todo lo que ha pasado en las iglesias?
En todos lados tenemos tejado de vidrio (ríe) y no podemos desconocer eso, pero, sin embargo, existe un gran porcentaje que seguimos siendo una iglesia creíble, y sí, estamos creciendo siempre, porque enseñamos a los integrantes de nuestras comunidades primero a ser de buen testimonio y segundo, anunciar que solo en Cristo en salvación, que solo en Él existe una transformación de vida. Creemos que lo que Chile necesita en estos momentos es una metamorfosis, algo potente, y por eso que oramos para que Dios saque a la luz el pecado, porque si se limpia nuestra nación es más probable que Dios venga con todo su poder, porque dice la palabra que sin santidad nadie verá al Señor…».