El reciente robo a una pasajera en el terminal de Coquimbo, donde el delincuente se escabulló en las instalaciones del Mercado del Mar, desnudó un problema que se vendría intensificando los últimos meses, según comentaron quienes trabajan en el recinto de embarque de la comuna puerto.
El drama es grande, pues afecta duramente el desarrollo turístico de la zona, al ser clientes de fuera quienes reclaman que en Coquimbo se roban supuestamente las maletas. Los trabajadores del recinto de la calle Videla temen por su seguridad y el poco resguardo de parte de las autoridades locales en cuanto a las nulas rondas de Carabineros.
Tras el robo ocurrido en la madrugada del viernes en el terminal de buses de la comuna puerto, se han revelado una serie de problemáticas asociadas a la actividad delictiva constante en el lugar. En esta ocasión hubo suerte, gracias a la rápida intervención de los taxistas, que en conjunto con los inspectores municipales lograron detener al autor del delito y recuperar las pertenencias sustraídas a una pasajera.
Personas en situación de calle que a veces acechan para robar, otros son malandras que asaltan con cuchilla de frentón.
Consultados los trabajadores de la locomoción colectiva que se instalan a un lado para transportar a los pasajeros que llegan o se van, expresaron a Diario La Región su preocupación por las condiciones de trabajo durante la noche, señalando que la falta de iluminación en el terminal crea un ambiente propicio para este tipo de delitos.
«El terminal está abierto por todos lados, y aquí en las noches siempre hay problemas, no es la primera vez que se roban una maleta desde los buses y lamentablemente solo hay un guardia; por las noches hay dos, pero son insuficientes para lo que ocurre(…) lo que más me molesta es que dentro del terminal hay una oficina de Carabineros, pero siempre está cerrada, sería ideal que funcionara ese punto fijo, porque con tantas personas entrando y saliendo, hay más robos que gente», comentó uno de los taxistas.
Los trabajadores del lugar están cansados, se sienten abandonados y amenazados por antisociales, que en su mayoría acechan de noche a los viajeros y los trabajadores del lugar, «se necesita mayor presencia policial, no es primera vez que ocurre algo así, de hecho, es cosa de todos los días tener que estar confrontando a los indigentes que vienen a merodear en la noche, ellos son los que más trabajo nos dan (…) resguardamos la seguridad dentro de lo posible, pero muchas veces hemos estado expuestos a situaciones en que está en juego nuestra integridad física, llamamos a Carabineros y no llegan, con decirle que hace unos días los llamé a eso de las 10:00 pm, y llegaron a las 07:00 am del otro dia», comentó uno de los guardias del recinto.
