Expertos proponen una nueva solución para disminuir la contaminación de las aguas subterráneas, con un método ecológico y un menor costo a las alternativas industriales.
El agua subterránea es un recurso vital para las personas, representando cerca del 30% del agua dulce disponible en el planeta, esto según el Centro Internacional de Evaluación de Recursos de Aguas Subterráneas (IGRAC), y abasteciendo a más de un tercio de la población mundial, según la Fundación AQUAE.
Utilizada principalmente para el consumo humano, la agricultura y la industria, el agua que se extrae de acuíferos constituye una fuente esencial, sobre todo en regiones áridas o donde los recursos hídricos superficiales son limitados.
A pesar de su importancia, este recurso enfrenta amenazas, entre ellas la contaminación, que pone en riesgo la calidad del agua y compromete la sostenibilidad de los ecosistemas.
Para abordar esta temática, el Consorcio Centro Tecnológico del Agua Quitai Anko (CTQA), liderado por la Universidad de La Serena, en colaboración con la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), organizó el seminario «Utilización de residuos para la remoción de contaminantes metálicos en aguas subterráneas».
Respecto a la contaminación de los acuíferos, el director del CTQA y académico del Departamento de Agronomía de la USerena, Pablo Álvarez, planteó que «cuando las aguas subterráneas se contaminan, la propagación del foco de contaminación no tiene bordes conocidos, entonces genera un efecto que se dispersa en el acuífero y que se puede amplificar, dado que también estas aguas se mueven y se mueven muy lentamente»