Solo en el sector de Lomas de Monardez, en casi cien metros se pueden contar siete. A raíz de estos accidentes, vuelven a tomar fuerza las críticas ante un lento avance en la concreción de la doble vía y también de mejoras en la carretera que brinden mayor seguridad tanto a los conductores como a peatones y ciclistas.
Las muertes en la carretera siguen enlutando a la región. Y justamente donde ya han ocurrido muchos otras a lo largo del tiempo. Todo en la Ruta 41, llamada en los poblados aledaños como la ruta de la muerte.
Fue el trágico desenlace de los días jueves y viernes, con cuatro personas fallecidas, entre ellos el director de la Escuela Lucila Godoy Alcayaga de Vicuña y su esposa, lo que ha provocado -nuevamente- la desesperación de las comunidades, que en varias ocasiones se han manifestado ante la poca seguridad vial.
La presidenta de la agrupación Lomas de Monardez y representante de la quebrada, Ana María Arancibia, ha sido una de las que ha encabezado los reclamos y una lucha constante junto a otros dirigentes, «pues al final todos miran para el lado y hacen oídos sordos. Y después ¿quién entrega el pésame? ¿quién se pone la camiseta y dice, esto no ha funcionado por mi responsabilidad?», se lamenta.
Sin ir más lejos, aún recuerda con dolor el atropello de don Roberto, ocurrido el 3 de septiembre del año pasado, «ya que el caso se cerró por falta de antecedentes, porque debido a la poca luz que existe en la ruta, lamentablemente el modelo de los vehículos que lo atropellaron aún no se identifican».
La molestia de ella y de otras agrupaciones vecinales es porque «estamos cansados de tanta fotografía, de tanta palabra linda. Gracias a Dios, y después de tocar puertas, accedieron a ponernos luminarias y la pista de desaceleración en nuestro sector, pero sabemos que eso tampoco ayudará a evitar que sigan estos lamentables accidentes».
En cien metros
Hoy son una agrupación vecinal, aunque próxima a convertirse en junta de vecinos «para alzar la voz con más fuerza, ya que aquí se necesita justicia por los que ya no están. No queremos seguir contando animitas, tampoco queremos más fotografías y continuar lamentando y dando condolencias, eso no nos corresponde a los dirigentes…».
Quizás recién para 2029 podría haber un tema concreto con la doble vía, al menos hasta la Quebrada de Monardez, «pero mientras tanto vamos a seguir contando muertos, porque yo sigo contando ambulancias, sigo contando cuando pasan los carabineros. ¿Sabe? Tengo siete animitas de once que debiese haber solo acá en el sector, en casi cien metros.
Entonces ¿quién le pone el cascabel al gato? Sabemos que hay mucha imprudencia en la ruta y no se imagina lo que uno ve por las cámaras, pero le hemos pedido al Ministerio de Transporte que al menos se instalen foto radares y cámaras…».
Ruta abandonada
Hasta ahora, las autoridades no les han dado soluciones concretas, y se han enfrascado en contradicciones que no le dan claridad a la ciudadanía respecto a lo que finalmente se hará para descongestionar la vía.
Ivoneth Labarthe es la presidenta de la Junta de Vecinos de Ceres, y reconoce que este triste panorama no es de ahora, sino que se viene de hace años, y pese a todo, «sigue siendo un tema poco sensible para la gente del gobierno».
Recuerda, sin embargo, que en 2019 se rechazó hacer la doble vía, porque algunos dirigentes, que iban a ser afectados por una pequeña expropiación, «prefirieron que las muertes siguieran antes que a ellos les expropiaran un pedazo de terreno. En las noches, la pista es alumbrada solo por las animitas que están en el camino. ¿Sabe lo que pasa? Que la Ruta 41 está abandonada y hacen arreglos parches, pero todos son momentáneos».
Andrés Martínez, exdirigente de La Estrella, localidad al interior de El Rosario, explica que el año pasado preparó una propuesta que le fue presentada a varias autoridades para disminuir los accidentes y adicionalmente la delincuencia, «que consistía en poner en todos los cruces de la ruta cámaras de vigilancia conectadas al sistema centralizado de control de tránsito. ¿En qué está el proyecto? En nada».
Junto con esa idea, propuso que, hasta la entrada de Alfalfares, aparte de cámaras, pusieran semáforos, «y aquí es donde las autoridades tienen un criterio, en mi opinión, un poco equivocado, porque dicen que si ponen semáforo van a disminuir la velocidad del tránsito por ser un camino rural, pero yo digo ¿qué es más importante? ¿salvar vidas o disminuir 5 minutos la velocidad de tránsito?».