Conductores de los nuevos buses han reportado altercados con conductores de las micros antiguas, quienes se sienten amenazados por posibles pérdidas económicas debido a su modelo de ingresos basado en la cantidad de pasajeros. Mientras unos tienen sueldo fijo, otros luchan por los pasajeros, esta competencia dejaría tensiones entre colegas.
El nuevo sistema de transportes que ha llegado a la conurbación ha sido catalogado como un éxito y un avance significativo para la región. A pesar que falta comunicación e información sobre el «teje y maneje», la electromovilidad pasaría la prueba.
Usuarios han expresado críticas en relación con los extensos tiempos de los trayectos y presenciar tensión entre algunos conductores.
El moderno sistema de buses que se implementó, ha sido un alivio para el bolsillo de cientos de ciudadanos, quienes han recibido el proyecto de manera positiva. Sin embargo, aún persiste una clara preferencia por las tradicionales micros, quienes han llevado la competencia a la disputa por los pasajeros. En este contexto, algunos conductores de los nuevos buses han reportado haber tenido altercados con los choferes de las clásicas micros, lo que ha generado tensiones entre ambos sectores.
Roces con micros
Algunos conductores de los buses eléctricos cuentan a LA REGIÓN sobre roces que se produciría debido a que los conductores de las micros se ven amenazados por posibles pérdidas, ya que su ingreso depende de la cantidad de pasajeros que transportan. En contraste, los choferes de los nuevos buses reciben un sueldo establecido, lo que genera tensiones entre ambos grupos. Esta diferencia ha generado una competencia por los pasajeros y ha contribuido a que se produzcan algunos altercados en las calles.
«Nosotros tenemos problemas siempre con las Lincosur, sobre todo en Cienfuegos, nos echan la micro encima, no tienen consideración de nada, pasan raspando los espejos, esa se ha vuelto una pasada conflictiva», comentó uno de los conductores de los nuevos buses.
Durante el tiempo que llevan en funcionamiento, han tenido pocas críticas, pero todas apuntaban a los tiempos del recorrido.
«Las personas a veces no consideran que estas micros son eléctricas y tienen un límite de velocidad, que son cincuenta kilómetros por hora, además a nosotros nos controlan con GPS y miden nuestros tiempos de llegada, que sean el los minutos estipulados, así que nos podemos correr como lo hacer otros conductores(…) el mayor problema que tenemos es con los conductores de las otras empresas, en La Serena habitualmente hay conflictos, de hecho, en el trayecto anterior un tipo en la Recova se me cruzó, y por tomar dos pasajeros me llevó el espejo», comentó el conductor.