Hay una sensación abandono, de falta de oportunidad para Tongoy.
Creo que se sienten abandonados de la mano de Dios y de las autoridades por cerca de 30 años. Los tongoyinos dicen que esto antes era un paraíso. Estaba Tongoy, Reñaca y Pucón. Ahora tienen un sentimiento de abandono.
¿Y cuáles serían los aspectos políticos, administrativos?
Creo que es una combinación de factores, porque así cómo hace mucho tiempo se construyó la costanera de La Serena y Coquimbo, aún no se construye la costanera de Tongoy. Estoy hablando de decisiones comunales, centrales, nacionales, porque el número de habitantes no ha ido creciendo de manera exponencial como otras comunas y los proyectos se evalúan según la rentabilidad social, con el número de habitantes.
¿Entonces, demuestran que hay un trato distinto con Tongoy?
Acá difícilmente se ve a una autoridad de Gobierno o un seremi, ya que como no hay muchas fotos, mandan al encargado, del encargado del encargado y esto la gente de Tongoy lo va resintiendo.
¿Y las banderas negras que piden ser comuna?
No sé si sea la solución, pero mientras yo sea el Delegado Municipal y esta zona pertenezca al municipio de Coquimbo yo debo gobernar, por orden explícita del alcalde, para los que quieran comuna y para quienes no.
¿En qué estado está el Plan Tongoy, que nació en respuesta a las demandas de los vecinos?
Durante la semana hubo una reunión del directorio que fiscaliza el Plan Tongoy. Vamos bien, aunque hay muchas cosas más por hacer. La próxima semana se llevará a cabo una reunión en que asistirán diversos departamentos municipales. Si seguimos ocupando esta política, de hacer las cosas con la comunidad tongoyina al menos la sensación de abandono va a ir pasando y nos vamos a dedicar a problemas más prácticos.
¿Qué hay de la inversión municipal y de los nuevos proyectos?
El presupuesto para el verano va a ser mayor y tengo más libertad para el mes de aniversario. Queremos hacer una regata de botes en el estero con botes alegóricos, en el Día de los Enamorados queremos ornamentar los botes. Es la gente misma la que lo propuso y son cosas que alimentan el espíritu. Por otra parte, ya invertimos $18 millones en limpiar el vertedero que era uno de los grandes reclamos que teníamos, el problema es que el mismo día que lo limpiamos ya había gente que estaba botando basura.
Otro de los puntos conflictivos de Tongoy son sus índices de drogas y delincuencia.
Quedé impresionado cuándo hablé con el oficial a cargo porque me respondió que no tenían idea. Nosotros cada dos meses debemos llevar a cabo mesas de seguridad ciudadana, que nos permiten saber dónde están los problemas. Cuando se concretan las confianzas la misma gente nos dice dónde están los problemas y quiénes son los que lo causan. Acá nunca hay noticias positivas que digan qué cantidad de profesionales son de Tongoy, más se preocupan de lo negativo y de los suicidios, pero acá hay muchos muchachos que se sacan la mugre estudiando para ser profesionales y eso no lo reconoce nadie.
Hay un dicho muy conocido que es Entre Tongoy y Los Vilos, pero en la realidad Tongoy está lejos de Coquimbo y aún más lejos de Santiago, ¿eso aumenta la sensación de abandono?
El abandono no solo pasa por Coquimbo, pasa por el actuar del aparato estatal que un día debe haber dicho que por las cifras económicas, porque acá vivía gente con mucho dinero, era mejor no intervenir porque era un problema de privados. El Estado es responsable de lo bueno, lo malo y de la sensación de abandono de Tongoy.
¿Y los puentes?
Por lo que tengo entendido el 2014-2015 comienza a mejorarse el puente y la pasarela a Socos, ya la terminamos la semana pasada. Los escombros que están en el sector debemos esperar el proceso de licitación para sacarlos.