Entrevista a uno de los más reconocidos humoristas de nuestro país. Famoso por sus grandes imitaciones que logran capturar la esencia de los personajes interpretados nivel dios. Aquí adelanta su presentación en el Enjoy este sábado 18 de enero y además repasa antiguas experiencias en la zona.

Javiera Escudero

¿Podrías comentarnos un poco del sábado 18 de enero en el Casino de Coquimbo?
Creo que es una instancia bonita para la gente que está veraneando y puede tener una oportunidad de ver algo. Me imagino que también para la gente que va rotando, la verdad es que este es mi último año con el espectáculo de Kramer en Concierto. Ya llegó a su fin y esta gira de verano es la despedida; ya no lo voy a realizar más. Tendré un próximo espectáculo a mediados de este año”.

“Esta es, entonces, una despedida de show en concierto, que tiene una mezcla de muchas cosas más allá de la imitación, que es, por supuesto, la esencia de lo que soy como artista.
“En este espectáculo hago todo este recorrido de lo que hubiese sido mi vida si no me hubiese dedicado a la imitación. Me pregunto: ¿Qué pasaría si hubiese seguido en el camino de la música? A partir de ahí voy contando una historia, que es un concierto. Es haber querido ser músico, haber querido ser líder de una banda. Es la comparación entre un show de un músico con el de un comediante”.

¿Entonces, por lo que entiendo, son bastante especiales estas últimas presentaciones después de años de trabajo?
“Sí, por supuesto. Es el recuerdo de un trabajo y hace reflexionar también cuánto se demora un proceso, desde que tú lo tienes hecho hasta que vienen los años de rodaje. Y como tiene sincronía con hartas personas, hace que esa sincronía también provoque algo interesante en el público, más allá de la risa”.

¿Podrías comentar algo respecto a los próximos proyectos que tienes pensado?
“O sea, la verdad es netamente seguir elaborando espectáculos. La elaboración tiene que ver también con encontrar personajes nuevos, tratar de estar vigente, poder estar conectado con las personas para poder seguir haciendo humor, y de acuerdo a este acercamiento con lo que vaya haciendo, ir generando el material para contar los personajes y la historia en la próxima obra, que la tengo media definida.

Durante tus múltiples visitas a Coquimbo ¿Has venido alguna vez a vacacionar a esta ciudad?
“¡Sí, sí, sí! Lo he pasado muy bien. He ido con mi familia, y cuando era universitario también iba con mis amigos. Es un lugar muy entretenido y buena onda. Así que imagínate, pasan los años y uno sigue yendo a los lugares que le han provocado lindas sensaciones en distintas etapas de la vida”.

¿Cuál sería la zona que más te gusta o la playa que recomendarías?
“Así de nombre, no cacho mucho, pero yo me acuerdo que he ido a Totoralillo, que es muy bonito. Me gustó mucho, hace poco que fui con Paloma, estuvimos en La Serena misma, me encantó caminar por la ciudad y sentirme parte de ahí, con la gente y los lugares clásicos”.
“La Avenida del mar es lo clásico, ahí es donde también se genera el taco para llegar al Enjoy, donde son los shows, eso hace que uno también lo tome en cuenta a la hora de comenzar la rutina, ya que siempre hay que partir un poco tarde debido a que es un lugar en donde se genera una congestión que ya, digamos, es clásica”.

En tu paso por Coquimbo ¿Alguna vez has probado el mítico sándwich de pescado que venden?
“Sí, fuimos a la caleta y comimos con el equipo, hemos estado ahí, por Coquimbo, recorriendo lugares. Es rico poder tener contacto con esos lugares clásicos. Fuimos a la caleta, es un lindo ambiente y también te da la oportunidad de conversar con la gente, y esas conversaciones son las que uno después las comenta en el show, el sentir de la gente en el lugar. Lo que ocurre siempre es un elemento importante cuando uno lo incorpora en la rutina, tratar de hablar cosas en común que tenga la gente ahí. Además, por supuesto, de los veraneantes y lo que pueda ser común para toda la gente que visita La Serena y Coquimbo en esos momentos”.

Estuviste en la Pampilla y fue una sorpresa que no se esperaba la gente
“Realmente tenía susto, y aunque sabía que no estaba en el escenario grande, igual se junta mucha gente y siempre es un desafío captar la atención. Estar parado en un lugar que debe tener una recepción rápida, con onda y ritmo, es complicado. La verdad es que me lo tomo muy en serio. De hecho, la primera vez le dije al alcalde que mejor no, pero después surgió que era este escenario más pequeño, pero como digo siempre, con mucho respeto fui”.

“Encontré alucinante todo lo que ocurre allí, no tenía la experiencia de haber estado antes, lo sentí como un desafío realizado que tenía pendiente. Yo estuve allí, no creo que el que pasa por ese lugar en su vida no va a pasar desapercibido, es heavy lo que ocurre ahí. No tenía la experiencia de estar, porque siempre te lo cuentan, pero estar en la Pampilla realmente fue algo muy trascendente para mí y el equipo. Haber logrado tener un ritmo, una onda en un escenario que yo encuentro difícil por la magnitud”.

Claro, como tú dices, no es como Viña del Mar, porque en la Pampilla están sucediendo muchas cosas al mismo tiempo…
“Claro po’, exacto. Entonces yo pienso en el ritmo, ir para adelante, ir enfocado. La verdad es que me lo tomé muy en serio. Cuando salí de ahí, de hecho yo pregunte ¿habrá salido bien? ¿cómo lo hice? y todos me dijeron: Me encantó, estuvo súper bueno. Porque uno lo compara con muchas cosas, cómo con actuaciones donde está el público controlado, por ejemplo, donde tú puedes interpretar y darte el tiempo de hacer lo que tú quieras. Pero allí no, hay que atacar e ir para delante y reaccionar con el público, estar atento, yo siento que es un escenario difícil para el humor”.

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