Docentes, apoderados y niños del Colegio Especial El Milagro hicieron presencia en la Plaza de Armas de la capital regional para concientizar a la población sobre esta condición.

Por Joaquín López B.

Si bien de manera internacional se lleva a cabo el reconocimiento el día 2 de abril, el calendario escolar emanado desde el ministerio de Educación quedó calendarizado para el día de ayer 8 de abril.

En esta ocasión, la directora del Colegio Especial El Milagro, Ana María Franco, comentó que su escuela pertenece a la Corporación Municipal y se dedican a educar a personas diagnosticadas con autismo.

Para relevar la importancia de la educación sobre esta materia decidieron realizar una intervención urbana con globos y vestimenta de color azul, el tono representativo de esta condición.

«Los niños y el personal del colegio hicieron con mucho cariño algunos recuerdos y mensajes sobre qué es el autismo para entregarle a la ciudadanía en este espacio comunitario», agregó.

En cuanto al porqué se decidieron por una intervención urbana, detalló que «en estas actividades uno se toma espacios de la ciudad de manera imprevista, nosotros entregamos flyer y recuerdos hechos por los niños».

Apoyos para
la diversidad

Consultada por las necesidades a la hora de educar a personas con autismo, la directora aclaró que «necesitan que se les anticipe tener rutinas muy claras para poder entender que va a pasar».

«La persona autista tiene un desarrollo neurobiológico atípico. Hay muchos mitos sobre que son agresivos y no es así, lo que pasa es que a veces para ellos el ambiente es agresivo, porque ellos ven y entienden el mundo de forma distinta», indicó.

Según Ana María, es común que el mismo ambiente en el que se desarrollan -como las aulas, patios o la misma ciudad- puede resultarles abrumador. «Hay personas autistas que son hipersensibles auditivas, eso significa que escuchan todos los sonidos a la vez y en un decibel más alto».

«No tienen esa capacidad que nosotros tenemos de filtrar y poner atención a aquellos sonidos que realmente nos interesan, por ejemplo, nuestro cerebro los anula, el de ellos no», complementó.

Mientras que, en relación a los hechos donde un estudiante dentro del espectro autista agredió a una profesora en Ñuble, apuntó al sistema en su totalidad, pues la responsabilidad «no es solo de los establecimientos».

«La escuela es el reflejo de lo que pasa en la sociedad. Si hay una ley de autismo es porque la de inclusión no se hizo realmente carne, porque si no, no hubiera sido necesaria», concluyó.

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