La acogida como una alternativa a la adopción

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12La acogida como una alternativa a la adopción. Qué es una familia de acogida, qué niños pueden ser acogidos, cuánto tiempo dura una acogida. Éstas son algunas de las preguntas que se hacen las personas que, por los motivos que sea, no pueden o no quieren adoptar un hijo pero, en cambio, estarían dispuestas al acogimiento familiar o acoger temporalmente a un menor en su familia. La acogida consiste, precisamente, en asumir durante un periodo variable de tiempo el cuidado que necesita un niño o adolescente que no puede ser atendido por su familia natural.

Este proceso es una medida de atención a niños y jóvenes desamparados que los Tribunales o el Sename los deriva al programa de Familias de Acogida. A pesar de que hay un gran número de menores susceptibles de ser acogidos, la principal diferencia entre adopción y acogida radica en que la adopción es una medida permanente, mientras que la acogida es temporal, es decir, que la familia acogedora deberá facilitar al niño el retorno a su núcleo familiar de origen y que se puede prolongar hasta por dos años.

Camila Riveros, encargada del programa en La Serena, señaló que «se trata de ofrecer atención y cuidado en un entorno familiar a un menor que temporalmente y por diversas razones no puede contar con el de su familia. Cuando esto sucede, las instituciones públicas asumen esta responsabilidad e internan al menor en uno de sus centros residenciales». Estos hogares son de familias que prefieren quedar en el anonimato y que «entregan un respaldo de afecto en un entorno familiar».

La encargada de este programa acoge a menores de entre 0 a 18 años y comentó que las familias de origen, es decir los padres de los menores, a las que se les da la oportunidad de entregar a sus hijos en «acogida» son aquellas que se encuentran impedidas en mantener a sus hijos, por problemas de violencia intrafamiliar o por problemas de drogas, en tanto que las familias de «acogida» cumplen un rol sustito que reciben ayuda social y económica para, «pero la idea es que la voluntad de las familias que quieran hacerse cargo de los niños».

Camila Riveros sostuvo que en ningún caso se trata de una «adopción», sino que las familias que reciben a este tipo de niños en estado de vulnerabilidad social y afectiva «en ningún caso se trata de ser susceptibles de ser adoptados, eso hay que dejarlo claro porque muchas familias creen que por tener a los menores luego podrán acceder a su tutela».

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