Justo cuando abordaba un bus en el terminal de La Serena, el boliviano Félix García de 44 años, fue controlado por personal de Carabineros por un caso de estafa, sorprendiéndolo con 91 ovoides contenedores de clorhidrato de cocaína ocultos ente sus ropas, constatando que en su estómago, llevaba 11 ovoides mas con la misma sustancia, cuyo costo seria de 60 millones de pesos en total.
Previo al arresto del «burrero», como es conocido en la jerga delictual el transportista de droga en su cuerpo, la Sección de Investigación Policial, SIP, del Primera Comisaría había recibido una denuncia de una víctima de estafa en el centro de la capital regional, perpetrada por dos hombres que habrían huido al terminal de buses local de avenida Amunátegui con El Santo.
Los efectivos policiales, concurrieron al rodoviario, percatándose que uno de los sujetos involucrados en la estafa, estaba abordando un bus de la empresa Tur Bus, cuyas características físicas y de vestimentas coincidían con las aportadas por el denunciante.
Dicho varón era el boliviano Félix Gracia, quien al ser sometido a control por los agentes de la SIP, sacó su carnet desde el bolsillo interno de su chaqueta, acción que permitió a los policías ver que bajo su camisa, que tenía desabrochada, portaba un extraño bulto.
Seguidamente los fiscalizadores lo sometieron a una revisión, lo que permitió constatar que el bulto era una faja que contenía 91 ovoides con clorhidrato de cocaína.
García, con residencia en Cochabamba, Bolivia, fue detenido para ser traslado al cuartel en que personal del OS7, constató que llevaba 11 ovoides mas en su estómago los que fueron evacuados con posterioridad por el imputado quien fue remitido al Juzgado para ser formalizado en la investigación por la fiscalía por tráfico de drogas.
Sumando el contenido de los 102 envoltorios, la droga decomisada peso un kilo 104 milígramos, suficientes para 5.520 dosis que pudieron generar ganancias por cerca de 60 millones de pesos.
En cuanto al destino del clorhidrato de cocaína, el OS7 determinó que el «burrero» iba desde Iquique rumbo a Santiago, en que sería contactado por los integrantes de la organización delictual que lo contrató para el transporte, por lo que las diligencias de las autoridades continúan para capturar a los perpetradores de este tráfico.