Con una gran sensación de alegría y nostalgia en algunos casos, los parientes de los retratados, quienes donaron las imágenes a la muestra fotográfica, «De Coquimbo somos», pudieron apreciar ayer en la inauguración de la exposición en gran formato, de las fotos, en una presentación en el Bario Inglés, que dan cuenta del desarrollo histórico de la ciudad y las vivencias personales de diversas generaciones de coquimbanos.
Esta muestra, que recorrerá varios sectores hasta mediados de febrero, fue organizada por la biblioteca municipal pública Guillermo Francis Jones, incluida en el programa «Memorias del Siglo XX», de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, Dibam.
Marta Gómez, cuyos padres aparecen en imagen captada en el año 1926, mientras que sus nietos y sobrinos fueron retratados en los años 80, valoró la iniciativa que permite rescatar el patrimonio íntimo de los habitantes del puerto que es tan valioso como la misma historia de la comuna.
«Es loable lo que ha hecho la municipalidad y su biblioteca, porque es bonito recordar lo que uno ha vivido años a, por eso es grato recordar todos esos momentos con nuestros seres queridos, ojalá que no sea la primera y última sino que sigan agrandando esto porque es el deseo de todos los coquimbanos».
Recordó que sus nietos y sobrinos jugaban en las calles de tierra del sector Shangri La, de la Parte Alta, que fueron pavimentadas recién a fines de los años 80. «Antes había que subir el cerro con tierra y piedras y la gente se cansaba mucho más, (risas), pero lo que no se ha perdido como vi, en varias fotos de todas las épocas, es pasear por la Costanera, cerca del puerto, por eso ojalá que sigan mejorando ese lugar».
Con sentimiento de nostalgia, Humberto Galaz explicó que la idiosincrasia del coquimbano queda plasmada en por ejemplo las fotografías de celebración ligadas al mundo laboral portuario y en los paseos a la Pampilla en Fiestas Patrias.
«Antes era otra vida, antes uno caminaba de madrugada por los zig zags y no te pasaba nada, todos sabíamos quién era pariente con quien, en el centro la gente te saludaba, no como ahora, y encontré una foto de un festejo de la agencia de vapores Rodríguez Polanco, que fue una verdadera escuela para aprender la administración portuaria, allí salen todos unidos y alegres porque antes, cuando uno entraba a una empresa, uno se hacía verdaderos amigos».