Aun con los avances tecnológicos, la persistencia de sequía en la región amenaza con incrementar la pobreza rural, lo que representa un desafío que interpela al conjunto de actores involucrados en el proceso productivo agrícola en su conjunto.
María José Etchegaray, subdirectora de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) dice que es posible mejorar las condiciones abriendo nuevos mercados, otras alternativas comerciales y respondiendo a las exigencias que los propios consumidores van planteando.
¿Cuáles son las principales amenazas para el agro?
Nos falta un mayor proceso de adaptación a este cambio climático en nuevas especies, nuevas variedades y nueva infraestructura de riego y aprovechamiento del agua disponible, entre otras medidas.
¿Qué oportunidades se pueden desprender a partir de las amenazas?
“Hay que plantearlo como una oportunidad para abrir nuevos caminos para la región y aprovechar lo que se ha hecho anteriormente para revertir la sequía para aprender de ellos y así crear un espacio de diálogo para ponernos de acuerdo sobre cuáles son las urgencias y las prioridades en materia de trabajo coordinado”.
¿Cuáles son estas urgencias?
“Una importante es el tema del agua, su uso eficiente, nuevas fuentes, aguas grises, residuales, uso de agua salada, además de la gestión del agua. Otro tema importante es la energía y el costo asociado a ella, cómo buscar nuevas fuentes de energía renovables y otra línea es el área productiva, como nuevos productos que se puedan incorporar, así como productos tradicionales como el pisco y el queso de cabra, que son recursos genéticos patrimoniales de esta región que es necesario rescatar y darles valor”.
Sin embargo desde el sector campesino se ha criticado la lentitud en la transferencia tecnológica hacia ellos. ¿Cómo responde a esas inquietudes?
“Este tema estamos abordándolo desde diferentes formas. En primer lugar, los desafíos que hay desde los propios proyectos que apoyamos, en cómo incorporamos la transferencia tecnológica en esos proyectos. Lo otro es un mandato constitucional desde el Ministerio de Agricultura de fortalecer las acciones, entre el INIA, FIA, INDAP, IFOP y CONAF, ya que abarca la agricultura, lo pecuario y el sector forestal. Por último, cómo traspasamos el conocimiento, pasando por los extensionistas, mejorando el diseño de los instrumentos de transferencia y darle un contenido integral, que tiene que estar asociado al ámbito social”.