«Lo único que queda son terrenos que quedan pa´atrás, pal´lado de la pesquera», esa es la advertencia que realiza la conocida «cuidadora», Rosita Carvajal, para quienes pretendan demarcar ahora algún espacio para acampar en La Pampilla de Coquimbo, ya que las mejores ubicaciones, en la ladera norte y sur ya fueron «reservados» por cientos de familias porteñas que año a año celebran Fiestas Patrias en el denominado «paraíso chileno de la alegría».
Ayer en un recorrido por el recinto, Diario LA REGION, encontró a grupos familiares que realizaban faenas de remarcado, para evitar perder los sitios, como el encabezado por Gustavo Silva, que con estacas realizaba un subdivisión para las carpas de otros parientes que llegarán al festejo.
«La gente demarca desde julio en adelante y nosotros venimos desde hace como siete años acá mismo, y nosotros hicimos los emparejamientos, porque este terreno estaba con mucho desnivel. Acá a mano izquierda van a llegar unos primos y a la derecha va a estar una tía de mi señora y nosotros quedamos al medio aunque eso parientes vienen como desde hace 12 años a quedarse con carpa y acá vamos a instalarnos desde el día 14 ó 15 de septiembre y al final somos como 50 los que pasamos la fiesta y nos vamos el 21 y la promesa es volver el otro año, si Dios nos da salud y fuerza».
Consultado por si existe un respeto para los que marcaron terreno de forma adelantada Silva dijo, «la mayoría de las veces no hay problema, nadie se mete a un espacio reservado, pero el año pasado un grupo de gente joven llegó con prepotencia a ponerse acá acortándonos espacio, pero los demás años acá hay respeto porque se puede decir que hay vecinos de años que llegan a los terrenos de los lados y la convivencia es muy bonita».
Acompañado de su esposa Aida Tapia, de su hijo, nietos y bisnietos Duberly Irarrázabal, supervisaba la «puesta a punto», del terreno que ocuparan en la ladera sur, al lado del estadio pampillero, rememorando que viene a La Pampilla proveniente de Tierras Blancas desde al década de los años 50 en que el festejo era «mas chileno», «antes estábamos mas cerca del estadio pero como están construyendo, buscamos otro lado, aunque en los años que venimos hemos tenido que ir cambiándonos de cerro en cerro, (risas), yo vengo de cuando no había ni luz eléctrica y acá se celebraba con carreras de caballos con carreras de ensacado, era mas chilena la cuestión, y antes los comerciantes llegaban en carreta con los barriles con chicha y lo único que faltaba era una guitarra para armar ramadas y bailar pura cueca, ese era el 18 verdadero, (risas)».