Un grupo de trabajadores de la minera Linderos fue ayer hasta las oficinas de la Inspección del Trabajo, en Vicuña, para colocar un reclamo del incumplimiento de la empresa en el pago de sueldos e imposiciones y el no pago de finiquitos a los trabajadores.
En el lugar se reunieron dos grupos de trabajadores; uno conformado por empleados desvinculados de la empresa hace un año y medio, a quienes no se les canceló el finiquito y se les congeló el pago de la Ley Bustos; y el otro grupo de unos 50 trabajadores desvinculados hace dos meses y a quienes no se les ha pagado sueldos, imposiciones ni finiquito.
Respecto de la difícil situación que enfrentan, Marcos Collado, secretario del Sindicato Nº1, explicó que «pesa mucho que en una familia de cuatro personas el jefe de hogar no lleve recursos a la casa; entonces lo que desean los trabajadores es que la empresa se acerque y dé una pronta solución, pero no se ha logrado porque la empresa dice que no tiene las condiciones. La empresa entró en un proceso de reorganización por insolvencia económica y la persona encargada de llevar la compañía, como es el interventor, tampoco ha sido claro con nosotros ni con los sindicatos de cómo va a ser la forma en la cual va a solucionar estos problemas a corto plazo».
Por otra parte, el dirigente sindical lamentó que los trabajadores no fueran parte del proceso judicial que se llevó cabo meses atrás en el Juzgado de Letras de Vicuña: «Lamentablemente tratamos de entrar al grupo de acreedores para informarnos de las reuniones y de los acuerdos, pero ninguno de los actores, ni los dueños de la compañía ni el interventor, nos citaron ni nos hicieron partícipes de estas reuniones. De hecho, nosotros como sindicato, ni siquiera hemos tenido una entrevista con el interventor. Creo que es parte fundamental de lo que está pasando en la compañía, involucrar a los sindicatos para que éstos sean el nexo entre los trabajadores y la empresa y el interventor», manifestó.
Marcos Collado sostuvo que el ánimo de la gente que está desvinculada es pésimo porque, «primero, no pueden buscar un trabajo porque no tienen finiquito, no tienen recursos para asumir sus deudas de las cuales muchas de ellas fueron provocadas por la compañía, como los créditos impagos que fueron descontados por planilla y no fueron cancelados. Y el ánimo de la gente que está trabajando en la mina no es muy bueno porque el futuro no se les ve claro; no sabemos si en dos meses más esto va a cerrar definitivamente o vamos a tener la opción de seguir trabajando, aparte que no se nos están pagando las imposiciones a pesar que somos trabajadores activos. A estas alturas los que llevamos activos, llevamos 30 meses con imposiciones impagas y eso es harto», expresó.
El dirigente agregó que los trabajadores están dispuestos a movilizarse en los próximos días, como protestas en Vicuña, Marquesa y en la ruta internacional.
«Es una medida de presión más que nada para que la comunidad entienda en qué posición están estos trabajadores y para que nos apoyen porque en el fondo es un drama que abarca a todas sus familias y el entorno que los rodea», precisó.