Esto fue ayer al mediodía cuando se procedía a descargar un camión y se desarrollaba una jornada habitual.
Los sujetos actuaron con violencia golpeando a los empleados presuntamente en busca de dinero o especies de valor sin saber que el local es solo bodega de acopio.
Antonio Carrasco, uno de los agredidos junto a un hijo que sufrió una lesión en la cabeza, relató los difíciles momentos. «Eran gallos de la U. con una mujer también, eran como treinta, y entraron a la bodega donde nos rompieron una tele, una radio y tiraron nuestros platos al suelo, después pescaron los sacos vacíos de harina y los tiraron al piso».
Hubo resistencia pero los atacantes se pusieron más violentos aún. «Pasaron al lado de los casilleros, rompieron una puerta a patadas… nosotros éramos cuatro no más, a mi hijo Eduardo que venía de pasadita se encontró con esto. Le pegaron y le rompieron la cabeza a pesar de que él es enfermo de cáncer y no puede pasar por cosas que lo compliquen por su enfermedad, a mí me pegaron como con un palo en la cabeza y combos en la cara, después arrancaron porque la secretaria y el jefe comenzaron a llamar a Carabineros».
Solo se llevaron un extintor. «Yo creo que creyeron que en la bodega manejábamos plata y aprovecharon que mientras trabajábamos teníamos el portón abierto. Lo raro es que nos dijeron que iban a volver a quemarnos la bodega», dijo el afectado.
Carrasco explica que es primera vez que sufren este tipo de situaciones, por lo que llaman a las autoridades a reforzar la vigilancia en El Llano, barrio donde se ubica el estadio Francisco Sánchez Rumoroso.
La bodega afectada se ubica a unas tres cuadras del coliseo porteño donde ayer había grandes filas de gente comprando entradas para el partido de mañana entre U. de Chile y Colo Colo, en La Serena.
«Esto nos causó mucho temor, porque temíamos por nuestras vidas. Es primera vez que pasa. Estos de la U. eran puro cabros chicos. Ahora los carabineros dijeron que iban a pasar más seguido, pero mis compañeros de trabajo y yo que a veces quedo solo acá tenemos temor. Ojalá pillen a alguno de los que nos asaltaron».
