Acompañado de la familia huesera, partió ayer hasta su última morada, Pablo Ignacio Roco Yávar, más conocido como el «Shona», hincha que hizo de Coquimbo Unido su razón de vida.
Aquejado de una larga enfermedad, Pablo dejó de existir el 25 de diciembre y a pesar de sentirse mal físicamente producto del cáncer nunca dejó de alentar a su Auri querido, junto al grupo de amigos que lo acompañó en innumerables viajes por todo el país.
Ayer se realizaron sus funerales, saliendo desde la Villa Portugal, hasta el cementerio Parque Coquimbo ubicado en La Cantera, en una larga caravana que pasó por el estadio Francisco Sánchez Rumoroso, donde los hueseros lo despidieron con cánticos, lienzos y banderas, como a él le gustaba.
Con tan solo 22 años de edad, Pablo dejó esta vida que lo mantuvo unido al club de sus amores, donde ganó amigos y enemigos.
Le sobreviven sus padres, su pareja y una pequeña hija, a quien siempre le inculcó la identidad de los colores negro amarillos, aquellos que adornaban su casa.
Por ello, el sentido homenaje de sus incondicionales amigos.