Tras un desayuno con jóvenes que accedieron a la gratuidad y el Programa PACE, el Ministro Secretario General de Gobierno, Marcelo Díaz, junto a Intendente, Claudio Ibáñez, señalaron que los testimonios de los beneficiarios refuerzan la convicción de avanzar hacia la gratuidad universal en la educación.
El Vocero aseguró que «es bien impresionante escuchar las historias familiares detrás de cada uno de los casos que hemos conocido hoy en día. Por ejemplo, estudiantes de Ovalle que viven en La Serena porque estudian acá y que tienen que hacer un enorme esfuerzo para pagar la universidad y poder mantenerse».
Asimismo aseguró que «esto confirma que estamos haciendo una transformación histórica. Que el sentido y alcance de gratuidad va a cambiar para bien el presente y el futuro de Chile. Estudiantes que no tenían la posibilidad, por los costos que significaba acceder a la educación superior, y tener la tranquilidad de que su esfuerzo tiene que estar puesto no en juntar los recursos para poder pagar la matrícula o la colegiatura a fin de mes. Estamos cambiando Chile, lo estamos cambiando para bien, y tenemos la convicción de que esta es la forma en que vamos a consagrar la educación como un derecho social y no como un bien de consumo, como había sido hasta ahora».
Uno de los casos en que se refleja este cambio que quiere hacer el Gobierno, con la gratuidad de la educación superior, es el del matrimonio conformado por Bárbara Peralta y Fabián Aguirre. Ellos con un hijo de cinco meses están cursando su primer año en la Universidad de La Serena. «La noticia de la gratuidad me pareció excelente, ya que a nosotros nos sirve mucho, sobre todo por los gastos. Yo tenía una beca y la brecha con el arancel real era de $500 mil que me financiaba la universidad. Me tuve que endeudar con la universidad, pero ahora con la gratuidad estamos muy felices», indicó Bárbara.
Por su parte, el Intendente Claudio Ibáñez detalló que en la zona son más de 5500 los estudiantes que accedieron a la educación superior de forma gratuita. «Esta fue una verdadera lucha, pero por fin hemos sacado adelante esta reforma que es tan importante, porque transformar el país requiere acceder a las oportunidades y terminar con la desigualdad y eso se logra con la educación para todos. Antes un hijo de una manipuladora de alimentos no podía estudiar, porque no le alcanzaban sus ingresos para financiar la educación de su hijo, pero hoy podrá hacerlo. Hemos conocido muchos casos de jóvenes cuyas madres, padres tienen los recursos mínimos y hoy podrán acceder a la educación libre, sin preocupaciones y de forma gratuita», indicó. Otra de las herramientas que ha implementado el Gobierno para restituir el derecho de los jóvenes vulnerables a acceder a la educación superior es el programa de acompañamiento PACE. Una de sus beneficiarias del Colegio Escrivá de Balaguer de Coquimbo es Valentina Piña. «Cuando supe que iba a estar en el PACE fue un alivio, porque estaba en tercero medio preocupándome del puntaje PSU, de entrar a la universidad, de pagar la universidad. Entonces, que me hayan dicho que podía estudiar de forma gratuita una carrera, que en realidad es cara, fue un alivio para mí y mi familia, porque para una familia de clase media no tiene para poder pagar una carrera como Enfermería y gracias a Dios y al PACE voy a entrar a la Universidad Católica del Norte», expresó Valentina.