Ayer como la mayoría de los habitante de la región de Coquimbo, los vecinos de la Villa ferroviaria de Coquimbo, también desperaron con los dos sismos que se dejaron sentir en las primeras horas de la jornada. Sin embargo para ellos el tema fue más complejo, ya que desde el terremoto del 16 de septiembre viven en casas que amenazan con generar una tragedia en cualquier momento.
«Yo pensé que mi casa de venía abajo, desde que ocurrió el terremoto del año pasado que empezamos a vivir vestidos con mi famlia, porque pensamos que en cualquier momento la casa se puede caer y vamos a tener que salir», contó Ana Zepeda.
En su casa ubicada en la equina de las calles Tucapel con Larrondo, viven cinco personas, que no han podido juntar el dinero para reparar su vivinda.
La Villa Ferroviara, ubicada en el sector El Llano sirve de residencia a unas cincuenta familias. Sin embargo, podríamos decir que se trata de un barrio mentiroso, por cuanto las viviendas se ven bien por fuera pero claramente necesitan ser reparadas con urgencia.
Carmen Bouei, otra vecina de la calle Larrondo, nos abre las puertas de su casa. Justo sobre uno de los dormitorios el cielo entreabierto deja ver las vigas que soportan el techo.
Acusan que hasta ahora no han logrado una ayuda real del municipio.
«A mi me han negado la ayuda porque dicen que mis hijos son profesionales, pero la verdad es que no he tenido el dinero para arreglar los daños y creo que en cualquier momento me puede pasar algo».
En el barrio hay más de 30 viviendas, que están en condiciones similares, pero sólo basta acercase un poco para ver que necesitan ayuda.
