A diferencia de sólo unos cuantos meses atrás, cuando los trabajos se hallaban paralizados, a principios de agosto se terminó la reparación de dos tercios del frente de atraque utilizado por las flotas crustacera y espadera. Lo anterior permite avanzar en la normalización de las actividades pesqueras.
Un notable avance registran las obras de restauración del muelle en que operan las flotas crustacera y espadera de Coquimbo, tras los masivos daños ocasionados por el maremoto del 16 de septiembre de 2015. Mediante faenas recientemente finalizadas, se ha logrado recuperar un 66% del total del frente de atraque, restando solamente un tercio para la normalización plena.
Este logro es motivo de satisfacción para la Asociación de Industriales y Armadores Pesqueros de la Región de Coquimbo (AIP), cuyo presidente, Osciel Velásquez, destacó el importante cambio experimentado con respecto a mayo pasado, cuando él mismo formuló un llamado público a la Empresa Portuaria de Coquimbo (EPCO) para que acelerara los trabajos de reparación.
“Queremos valorar el esfuerzo que ha hecho la Empresa Portuaria de Coquimbo con la reparación del muelle. Desde que llegó el nuevo gerente, Claudio Ormeño, se han cumplido los compromisos. La AIP está muy contenta, ya hoy día tenemos el 66% del muelle funcionando. Por lo tanto, estimamos que de aquí a un plazo comprometido a fin de año o principios del próximo, quedaría el otro 34% en condiciones”, afirmó el dirigente.
Antes de la ejecución de estas faenas, las malas condiciones materiales del muelle complicaban en extremo el cumplimiento estricto de las exigencias de inocuidad y trazabilidad de los productos de la pesca industrial local, los cuales, en una importante proporción, se destinan a exigentes mercados en el extranjero. Ahora la realidad es mucho más alentadora.
La reconstrucción del muelle se suma a otras mejoras materiales que se han estado incorporando en la zona de operación de la AIP, mediante inversiones con fondos propios y aportes del gobierno. En dicho contexto, se reconoce y valora también el aporte de CORFO, a través de su Programa Especial de Emergencia Productiva 2015, que permitió la restauración y equipamiento de las oficinas del gremio, un nuevo cierre perimetral, reinstalar cámaras de vigilancia, entre otros adelantos.