En el ambiente había sentimientos encontrados. Entre pena y alegría. Es que siempre un hospital es querido, aunque sea viejo y esté terremoteado como éste, el antiguo San Pablo de Coquimbo. Ahí, en esas murallas hay miles de historias, emociones, esperanzas, anhelos, frustraciones…
En cuestión de minutos, el operario de una cizalla (pinza) hidráulica de la empresa Mario Porzio demolió una estructura del lado sur de la antigua torre del Hospital San Pablo de Coquimbo.
Una veintena de personas fue testigo de esa, la primera maniobra que marcó el inicio del proceso de demolición total del edificio que por 40 años prestó servicio a la comunidad de nuestra región, el que dará paso a un recinto modular a la espera de concretar la normalización del centro hospitalario proyectada en un plazo de 8 años más.
La ceremonia de inicio de faenas fue encabezada por el Intendente regional Claudio Ibáñez, el alcalde Cristian Galleguillos, el Seremi de Salud Rosendo Yáñez, el Director del Servicio de Salud Coquimbo, Ernesto Jorquera y consejeros regionales acompañados de la doctora Eugenia Ortiz, Directora (S) del hospital, de representes de los usuarios de los funcionarios y de miembros de entidades de voluntariado.
La demolición, que debe finalizar en 90 días más, tiene un presupuesto de unos mil millones de pesos, aportados por el Estado que también entregó al Ministerio de Salud cerca de 6 mil millones de pesos para levantar el edificio modular que deberá estar dentro de pocos meses.
La Directora Eugenia Ortiz señaló a Diario LA REGIÓN que el edificio modular contará con 45 camas, destinadas a servicios quirúrgicos y a la unidad de psiquiatría, lo que permitirá recuperar la capacidad de atención tras el 16S, que provocó serios daños a la torre antigua que durante cuatro décadas albergó a distintos servicios incluida la maternidad.
«Causa emoción ver la demolición de un edificio que durante tanto tiempo brindó servicios a toda la gente de la región, allí se vivieron muchos eventos de gran significación para cada uno de los habitantes de esta ciudad y de la región como dije y para los funcionarios también y si bien se siente una pena porque ya no vamos a ver esta torre blanca de forma diaria, su demolición significa un gran paso para la futura normalización».
Respecto a ese proceso en el que está proyectado edificar una nueva torre, un Centro de Diagnóstico y Tratamiento, CDT, y unidades complementarias, la directora Ortiz señaló que si bien hay un plazo de varios años para concretarlo, el recinto modular permitirá suplir la actual necesidad de contar con mejor infraestructura, «para concretar el proceso de normalización hay un plazo de entre 6 a 8 años aproximadamente, pero en el intertanto el nuevo hospital de construcción acelerada deberá ser licitado para ser levantado a fin de año y que debe estar concluido el 2017, lo que da cuenta que todos nuestros esfuerzos siguen dirigidos para buscar las mejores condiciones para brindar una atención oportuna y digna a los usuarios».
En cuanto a las características del edificio modular, la doctora dijo que «con el terremoto y tsunami del año pasado perdimos muchas camas, además de áreas de atención ambulatoria, recintos en donde funcionaban las unidades de apoyo, como esterilización y lavandería y con el nuevo edificio vamos a recuperar esos espacios y alrededor de 45 camas, 18 de psiquiatría y el resto del área médico-quirúrgica, para dar una respuesta más oportuna a las necesidades de nuestra comunidad que requiere hospitalizarse y que hoy día, desgraciadamente, debe esperar en el servicio de Urgencia por largos períodos».
«El edificio de construcción acelerada (3.600 metros cuadrados) será licitado durante la segunda quincena de septiembre, para transformarse en el hospital de transición mientras vamos en el proceso de la normalización del hospital, que técnicamente es factible realizar en un periodo de 6 u 8 años. Nuestros esfuerzos están direccionados a recuperar el estándar que teníamos antes del terremoto», indicó el director de salud.
