Un recién nacido hospitalizado y gravemente enfermo puede adelantar su salida del hospital hasta en 20 días gracias al consumo exclusivo de la leche materna.
Entre el 1 y el 7 de agosto se celebra la semana mundial de la lactancia materna, instancia donde se promueve esta práctica debido a los múltiples beneficios que tiene, tanto para el desarrollo físico y mental del menor, como para favorecer el apego y el vínculo materno.
Bien lo sabe Gabriela Aguirre, madre primeriza que por complicaciones durante su embarazo, tuvo a su hija Matilde con solo 28 semanas de gestación. La menor pesó al nacer 590 grs., cabía en la palma de una mano y después de tres meses en la unidad de cuidados intensivos de neonatología fue dada de alta con oxígeno debido a una displasia pulmonar que le diagnosticaron.
Hoy la pequeña Matilde tiene 5 meses y ya está en su hogar, sin oxígeno y recuperada, «soy una agradecida de la leche materna porque mi hija tuvo lactancia materna exclusiva hasta los dos meses y medio más o menos, como era tan chiquita y tan flaquita no tenía la fuerza para succionar, entonces yo me extraía la leche y se la daban por una sonda, pero yo creo que gracias a eso la niña está bien y ahora sube de peso».
El caso de Gabriela es parte del 10% de recién nacidos que requieren hospitalización y del 1% de prematuros menores de 1.500 grs, que gracias al trabajo del equipo multidisciplinario y el compromiso de los padres hoy se encuentra recuperada y sus padres la llaman un pequeño milagro.
Claudia Muñoz, enfermera supervisora de la unidad de pacientes críticos del Hospital de La Serena, señaló que «los beneficios de la leche materna son innumerables, pero básicamente para un niño hospitalizado y gravemente enfermo podríamos decir que los beneficios se multiplican porque la leche materna les proporciona todas las proteínas, las vitaminas, la grasa, los minerales y principalmente todos los factores inmunitarios que estos niños no tienen y que no producen a raíz de su condición de prematuros o de gravedad».
Un derecho de los niños que para las profesionales de neonatología se convirtió en un deber, donde educar a las madres y entregarles las facilidades es parte de su tarea diaria, con estrategias como el estímulo de succión artificial con extractores de leche, la técnica canguro para que la madre produzca más leche, la enseñanza sobre la extracción manual y la implementación del calostro en la dieta de los recién nacidos, ya que genera una protección pulmonar y lo protege contra las enfermedades de los prematuros como la enterocolitis necrotizante y las alergias.
Vanesa Quintanilla, nutricionista de la unidad de pacientes críticos neonatales del Hospital de La Serena, señaló que su trabajo era el apoyo de la lactancia materna por lo que contaban con un lactario con capacidad simultáneas para 11 personas, donde se almacena para que la madre cuente con un stock durante los primeros días, «la leche se saca en el lactario a través de extractores de leche eléctricos, un técnico las porciona, cuenta la cantidad de ml que extrajo cada mamá y luego va al servicio de distribución de leche donde se porciona de acuerdo a las indicaciones médicas que tiene cada niño de alimentarse».
La unidad de pacientes críticos neonatal del Hospital de La Serena es una unidad de derivación regional que además recibe a menores graves de la Región de Atacama. Cuenta con 30 cupos, 12 en la unidad de cuidados intensivos y 18 en la de cuidados intermedios donde trabajan médicos, pediatra, neonatólogos, enfermeras con capacitación en el área y todo un equipo multidisciplinario con fonoaudiólogos, nutricionistas, psicólogos y kinesiólogos.