El 7 de diciembre de 1967, Aurelio Rivera, Ponciano Rojas, Norberto «Nolo» Barraza, decidieron darle forma legal al servicio que estaban realizando en el transporte de pasajeros en San Juan y Coquimbo.
Invitaron a don Reinaldo Lazzús Lobos, por su experiencia como ex presidente de los taxistas de Chile y a la fecha dueño de micro, para dar vida a la Línea San Juan-Coquimbo, Lisanco.
Don Reinaldo, de 91 años, vecino de calle Carmona de El Llano, -hermano del extinto comerciante ex regidor y alcalde subrogante, dirigente gremial deportivo y vecinal Juan Lazzús-, hace recuerdos de los primeros pasos de empresa que cuenta con 144 máquinas en la actualidad.
«Todo partió por la necesidad de brindar un nuevo y mejor servicio. Los primeros trabajaban hasta con chalas, no estaban regulados por ninguna autoridad. Apliqué mi conocimiento de dirigente y en acuerdo con Nolo Barraza, Ponciano Rojas y Aurelio Rivera decidimos ordenar la cosa.
Pidieron a los choferes andar con pelo corto, usar una buena camisa blanca y pantalón y con zapatos.
«Y ahí elegimos la primera directiva con Nolo como presidente y partió la organización el 7 de diciembre del 67″.
– Con el paso de los años abarcaron la Parte Alta.
«Y volviendo al principio, el recorrido también fue variando ya que solo llegábamos a las calles que ahora son Manuel Jesús Rivera y Rubén Jiménez después la población fue creciendo a Las Encinas, por ejemplo.
-Y de los buses …
Eran Chevrolet y Ford. Tenían chasis de camión con carrocería de micro fabricadas en Santiago. Eran máquinas bencineras, la puerta la abría y cerraba el mismo chofer con un sistema de palancas, los amortiguación eran de resortes a secas, no tenían dirección asistida, había que tener buen punche para doblar en las esquinas. Las micros de ahora son un lujo.
– Y de los recorridos también tiene recuedos:
Calle Ossandón era de bajada así que había que tener buenos frenos. Entrábamos por Aldunate hasta Vicuña, cerca del puerto, donde terminaba el pavimento y de ahí retornábamos por la misma Aldunate para pasar a Videla o tomando por El Llano. La tarifa era como de 5 pesos de ahora.
Del gremio y como funcionaban cuenta:
En el inicio cada socio guardaba la micro en su casa o en otro lado. Por eso los dirigentes fueron viendo dónde tener un terminal que primero estuvo en la Parte Alta.
«Vino el golpe del 73, estuve 10 meses preso y me mandaron relegado al sur a la zona de Chillán muy al interior. Quise trabajar con mi micro, pero no me resultó porque por las distancias entre los pueblos no era rentable.
En Coquimbo apechugaron Ponciano Rojas y Víctor Leiva. Quedaron a cargo de la línea. A mí me permitieron ( el gobierno militar) regresar a Coquimbo recien en 1977. Me reintegré como taxista primero y después volví a Lisanco.
– Ahí vino la modernización…
Claro, esa época fue la de las liebres, las micros más compactas, con una sola puerta en algunos modelos Mercedes Benz, con puertas con sistema interno hidráulico de cerrado de puertas. Esas micros se adquirieron con mucho esfuerzo, porque como sigue ocurriendo los bancos no nos prestaban un peso y teníamos que ir a las asociaciones de ahorro y préstamo con intereses tremendos.
– Hasta que llegaron a El Sauce…
Todo parte porque en la Parte Alta nuestras máquinas que paraban entre salidas y llegadas llenaban la calle, entonces los vecinos comenzaron a reclamar y así llegamos a un acuerdo ya que no podíamos hacerlo como asociación gremial sin fines de lucro, tuvimos que formar una inmobiliaria y con ese mecanismo compramos el terreno en El Sauce que todavía es nuestro terminal, nuestro máximo orgullo y contamos con el apoyo para construirlo del, en ese entonces, alcalde Pedro Velásquez, que asumió después de retornar a la democracia.
¿Satisfecho de ser uno de los fundadores de Lisanco?
Le cuento un ejemplo. En un principio, el gobierno militar había ordenado transportar a todos los escolares gratis. Era un problema para el gremio de todo Chile, pero nosotros llegamos a un acuerdo con varias juntas de vecinos de Coquimbo. Nos cancelaban 20 pesos por cada escolar y nosotros designamos máquinas especiales para llevarlos y traerlos de las escuelas. Les mandábamos las micros al centro de cada población.
Esa es la satisfacción que tengo principalmente, que desde un inicio y hasta ahora estamos para servir a la gente y le digo a nuestra comunidad en este nuevo aniversario que ahora tenemos la mejor línea de microbuses, la más moderna de toda la región con esfuerzo de todos los colegas con 144 máquinas y con más de 100 trabajadores con contrato.