Vecinos de Tongoy se quejan por el alza desde que el camposanto pasó a ser administrado por la Arquidiócesis. La respuesta la entregarán el 3 de septiembre, pero avisan que si bien el monto será menor, «no volveremos a fojas cero, al valor original».
El día 3 de septiembre el Arzobispado deberá entregar una respuesta a las peticiones de los habitantes de Tongoy y alrededores, respecto al alza de precios en el cementerio, pero que para la Iglesia se debe a la regularización que están realizando en el camposanto.
Aquella respuesta, advierte Cecilia Marín, administradora de Bienes del Arzobispado de La Serena e integrante de la Comisión de Cementerios de la Arquidiócesis, es clara. «Tenemos que entregar una propuesta, pero no vamos a bajar los precios. Lo más probable que sea menor, pero no volveremos a fojas cero, al valor original. En otros cementerios es mucho más caro y nosotros los damos a créditos».
Después del
terremoto
Cuenta la historia que el Arzobispado tomó paulatinamente algunas administraciones de cementerios posteriores al terremoto del año 2015 y fue en ese momento, explica Marín, donde se dieron cuenta que los sacerdotes no estaban hechos para administrar cementerios, «porque hay que tener base de datos, registros, guardar plata para los eventos y nos pasó en Punitaqui, donde se derrumbó la mitad del cementerio y no había recursos para reconstruirlo».
En Tongoy, explica, cuando se fue el padre, el Arzobispado tomó la administración de la parroquia y también del cementerio de manera paulatina y no hizo grandes cambios, pero ya el año pasado «asumimos el cementerio completamente y nos dimos cuenta de que hay mucho por hacer, porque es un cementerio, como lo dijo uno de sus dirigentes, ilegal y no tiene autorización sanitaria, ninguna regularización por haber sido parroquial y en donde nunca se tomaron resguardos, por eso es importante conocer la historia y el contexto en el que está implícito el cementerio».
Ahora bien. La molestia de parte de la comunidad surge por el aumento de los valores. «Y nosotros estamos conscientes de eso, pensando en todo lo que hay que hacer, pero en la misma línea también pensamos en la comunidad, pues tenemos sepulturas que cuestan 300 mil pesos. También tenemos 20 nichos que ya se han ido ocupando paulatinamente; tenemos nichos sociales que antes no existían, pues cuando fallecía un tongoyino había que conseguirse con alguien de buen corazón que le prestara un nicho para que quedara ahí unos cuantos días y después poder trasladarlo. Era un tema sanitario y complejo, porque si vemos la ley del cementerio, esta dice que si yo entierro a alguien no puedo llegar y trasladarlo posteriormente sin autorización y en Tongoy se hacía».
Entonces, reconoce Marín que esa situación fue las que llevó a subir los valores. «Nosotros ya tuvimos una reunión con el alcalde de Coquimbo y acordamos entregar una propuesta de aranceles antes de finales de julio (24), pero tuvimos que aplazar por un tema no menor –y ahora la entregarán el 3 de septiembre-, porque tenemos que tener el proyecto completo. Pero estamos claros que la comunidad de Tongoy es de recursos limitados y, por lo mismo, construimos los nichos para así entregarles otra posibilidad y no que todos tengan que tener mausoleos. Hoy en día el proyecto contempla más del 50% de nichos. Los terrenos para mausoleos son pocos y reducidos y no serán muchos, así que hay que aplicar una cierta subida para poder restringir la venta. Pero tenemos sepulturas con valores accesibles, pues están entre los 300 y 500 mil pesos. Antes no había nichos y ahora los tenemos, porque el cementerio no puede tener puros mausoleos». Respecto al proyecto, Marín sostiene que «es un proyecto arquitectónico y no menor, ya que la municipalidad nos va a cobrar por los trabajos, puesto que hay que construir las oficinas y los baños para poder ser legales, pues en este rato somos un cementerio ilegal e irregular, como lo dijo uno de sus dirigentes. Es más. Algunos vecinos no pagan derecho de construcción porque dicen que el cementerio es ilegal, entonces cómo se va a mantener si tenemos un costo fijo, mensual, actual, de 1 millón 700 mil pesos».