Cada 30 de agosto se conmemora el Día Internacional del Detenido Desaparecido. Esto, luego de que en 2011, la ONU, de la mano de la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos Desaparecidos (Fedefam), establecieran esta fecha para recordar y preservar la memoria de las víctimas y sus familiares.
En Chile, claro, se realiza desde el 2006. Y en la región, como indica Ana Merino, presidenta regional de la agrupación, este año fue distinto, «con mucha emotividad, porque en este último tiempo han pasado varias situaciones graves que nos afectan demasiado».
Ana Merino perdió a su hermano hace 44 años y desde entonces no ha cesado un día en su búsqueda. Siempre, junto a su madre y familia.
«Llevo 44 años buscando a mi hermano, que tenía 20 años cuando desapareció. Se me ha ido la vida haciéndolo, al igual que mi madre, que tiene 84 años. Yo me acuesto y me levanto pensando en mi hermano. Y también por todas las familias que perdieron a sus seres queridos. Mi hermano tenía 20 años cuando le hicieron tanta maldad y por eso no me gustaría que mis nietos puedan sufrir lo mismo que sintió mi hermanito, por lo que me produce mucho dolor, mucha tristeza», reconoce.
conmemoración fue muy diferente. Porque ahora está el compromiso que existe a raíz de la acusación constitucional que se hará a tres ministros de la Corte Suprema, después de otorgarles la libertad condicional a cinco violadores de DD.HH. de Punta Peuco.
Molesta sostiene que «los violadores de los Derechos Humanos no cumplen ningún requisito para la libertad condicional, porque no sienten arrepentimiento. Ellos tienen que colaborar y pedir perdón, pero acá la Corte Suprema les ha otorgado la libertad y nosotros no estamos por la impunidad».