Tenía 14 años cuando su vida tuvo un vuelco.
Una de sus amigas del Colegio Bernarda Morín de
La Serena le insistió que se inscribieran en uno de los talleres que había. La lista era grande, pero optaron por la halterofilia. Fueron, miraron, participaron, y a Lenka Rojas
le encantó, no así a su amiga, que dejó de ir a los días.
Hoy Lenka tiene 22 años y está a días de competir en sus primeros Juegos Panamericanos adultos, los que se desarrollarán en Lima entre el 26 de julio y el 11 de agosto.
Será parte de los 303 atletas que representarán al Team Chile en 34 disciplinas diferentes, en un evento donde dirán presente más de 41 países que tratarán de destronar el largo reinado de Estados Unidos, ganador en la última edición disputada hace cuatro años en Toronto, Canadá.
Pero para estar en la ciudad limeña y en la Alameda de Chabuca Granda, Lenka tuvo que tomar decisiones. Una de ellas fue trasladarse definitivamente hasta Santiago y dejar a su familia en La Antena.
«Fue una determinación fuerte, pero había que hacerlo para tener otros resultados», cuenta a través del teléfono, minutos después de haber terminado su extenuante entrenamiento en el CEO (Centro de Entrenamiento Olímpico).
También dejó sus estudios de ingeniería en prevención de riesgo, «y aunque me costó, tuve que hacerlo, porque el nivel de entrenamiento acá es mucho, donde tengo que entrenar por las mañanas y tardes, así que no podía seguir estudiando, por lo que tomé la determinación de congelar. Sin embargo, en el futuro mi idea es retomar los estudios y titularme».
Por consiguiente, desde el año 2016 que está radicada en Santiago, y fue por las condiciones que allá existen para el entrenamiento, «en donde tengo médicos y una mejor alimentación. Y la verdad es que el cambio ha sido bueno y enorme, porque si quería avanzar en lo profesional tenía que tomar esta determinación. Y claro, la familia se extraña, pero había que hacer este sacrificio», agrega.
El mismo año que llegó a la capital «logré una medalla panamericana en la categoría juvenil y al año siguiente una de plata, lo que me dio la posibilidad de postular al sistema Prodar, que es una beca para los deportistas de alto rendimiento», dice.
Cuenta que «es una beca en dinero, y me lo entregan mensualmente, lo que me sirve para mis gastos personales, ya que acá estoy en la Residencia CAR (Centro de Alto Rendimiento) y ahí me entregan la alimentación, el traslado, por lo que en ese sentido no tengo problemas, sino que solamente dedicarme a mis entrenamientos…».
Sin embargo, asegura que para mantener la beca «tengo que tener resultados positivos, pues nos están evaluando en todo momento…».
Su técnico es el búlgaro Giorgi Panchev, quien lleva una vida dedicada a las pesas y ha jugado un rol clave en los títulos mundiales que consiguieron María Fernanda Valdés y Arley Méndez en 2017.
Panamericanos en Lima
Diez serán los deportistas regionales que irá a los Panamericanos de Lima, donde destaca la también pesista María Fernanda Valdés. Y si bien el desafío es tremendo para Lenka, ella se lo toma con tranquilidad. No se asusta y tampoco dice que irá por la medalla de oro, «porque son mis primeros eventos como adulta y no sé a qué atenerme, además que soy una de las deportistas más jóvenes en la federación de pesas. Así que ya es un gran logro para mi estar en la selección nacional».
Los juegos parten el viernes 26 y la competencia de las pesas un día después. Y ahí estará Lenka, desafiante, sabiendo que los ojos del país, y también de la región, estarán con ella, quizás hasta ayudarla, porque en su categoría de 76 kilos se encontrará con destacadas pesistas a quienes ya ha enfrentado en los torneos juveniles, como la ecuatoriana Neisi Dajomes, que es campeona mundial, y también la colombiana Leidy Solís, «que es medallista olímpica y que también está en mi categoría, así que estará muy dura la competencia, pero me he estado preparando de buena manera para seguir subiendo y así llegar en el mejor nivel».
Logros a nivel sudamericano ha cosechado y experiencia también tiene. Y de sobra. Es más. Dice que este año en lo profesional ha sido muy bueno. Que el primer lugar que sacó en el Sudamericano de Colombia fue un tremendo golpe anímico para que lo iba a venir.
Porque la vida de muchos deportistas no resulta para nada fácil. Y detrás de las necesidades, del éxito o el fracaso, abundan las historias desconocidas. Y Lenka no es la excepción.
«En lo deportivo ha sido un buen año, de eso no me puedo quejar, pero en lo personal ha sido complejo, porque este año, en el mes de enero, debido a un ataque al corazón falleció mi padre. Era joven, tenía 58 años. Entonces ese torneo que gané fue una gran alegría para mí y para toda mi familia. Pero pese a todo, hoy ellos están felices y orgullosos de mis logros y de lo que sigo haciendo, porque siempre me han apoyado en todo.
Antes de despedirse dice que es la mayor de cuatro hermanos y el ejemplo a seguir, «espero».