Es contra agentes del Estado -presuntamente carabineros- que habrían abusado de un joven.
Hecho habría ocurrido el 2 de noviembre, y como afirma su directora regional, Tarcila Piña, «lo importante es que existe una denuncia grave y que se han presentado las acciones judiciales para que el Ministerio Público investigue y se logre dar con las personas responsables».
A la fecha van 169 denuncias y 22 querellas presentadas por el Instituto Nacional de Derechos Humanos y en donde «los probables, o presumibles responsables, son agentes del Estado», agrega.
Numerosos casos de abuso de poder y de índole sexual durante las manifestaciones se han denunciado en la región de Coquimbo desde que comenzó el estallido social.
Porque en medio de la conmo-ción resurgió la preocupación, el miedo y las denuncias por las violaciones masivas a los derechos humanos.
La más grave de ellas la vivió un joven serenense presuntamente abusado por funcionarios de Carabineros el 2 de noviembre al interior de un furgón policial.
Su caso está siendo investigado por la brigada de delitos sexuales de la PDI y se están haciendo las investigaciones y las diligencias que corresponden por parte del Ministerio Público, además de la querella que prestó el INDH, Instituto Nacional de Derechos Humanos.
«Todas nuestras acciones judiciales responden a la competencia que tenemos por mandato legal, y que claramente son acciones en donde los probables o presumibles responsables son agentes del Estado», dijo Tarcila Piña, jefa regional del INDH región de Coquimbo.
Explica Piña que, «lamentablemente recibimos en la sede regional del INDH una denuncia de una persona que habría recibido una agresión sexual, presuntamente por funcionarios de Carabineros, así que en ese sentido, como INDH, ya presentamos una querella criminal por torturas con agresión sexual agravada, que está tipificada en el artículo 150 B del Código Penal».
Precisa que «las denuncias llegaron por varias vías, pero lo importante es que llega, el INDH la levanta, analiza los antecedentes y se procede a la elaboración de la acción judicial que corresponde».
CASO DE SUMA GRAVEDAD
Se habla que la tortura con posterior abuso sexual habría ocurrido al interior de un furgón policial, aunque esos antecedentes, reconoce Piña, «obran en la carpeta investigativa y se debe considerar que es un caso de suma gravedad, por lo tanto ese tipo de información es quizás de la reserva y de la privacidad que debe tener una causa tan grave como esta, aunque sin perjuicio, es importante que se sepa que existe una denuncia grave y que se han presentado las acciones judiciales para que el Ministerio Público investigue y se logre dar con las personas responsables».
AUMENTAN DENUNCIAS
El de este joven no es el primer caso de violencia y abuso que ocurre en la región. Y bien lo afirma Piña cuando dice que «para nosotros como INDH también son una vejación sexual los procedimientos de desnudamiento y realización de sentadillas que se han realizado en el registro de las comisarías, y eso dice relación con algún tipo de vulneraciones de carácter sexual. Pero una querella criminal por tortura por 150 B es esta, y en el caso de los desnudamientos, en el contexto de niños, niñas y adolescentes, también se han presentado querellas por torturas, pero por el 150 A, y que también son de una gravedad relevante. Sin embargo, esta tiene una tortura mucho más agravada, como señala la tipificación del código, en virtud de que hay una agresión sexual».
El «oasis» seguirá revuelto, de eso no hay dudas. Y con ello también aumentarán las acusaciones, que hasta ayer por la mañana «íbamos en 169 y que seguramente vamos a pasar. Y ya subimos a 22 querellas, puesto que han aumentado dos por apremios ilegítimos. Insisto, estos números son bien variables, y es un trabajo que todos los días estamos levantando, y el equipo del INDH está todo el día preparando las querellas para lo antes posibles subirlas y que estén presentadas».
Apunta la profesional que «hemos ofrecido nuestro apoyo, hemos hecho el seguimiento del incidente, pero hemos decidido acompañarlos sin inmiscuirnos directamente, porque entendemos la gravedad del caso y la traumatización que implica volver a relatar los hechos que le sucedieron. Y tampoco podemos contar detalles de sus lesiones, porque es parte de la investigación».