Acusan por apropiación indebida de $ 301 millones a ex directivos de Soc. Feria de Abastos de Coquimbo

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R.A.D.C. ex directivo de la Sociedad Feria de Abastos La Costanera de Coquimbo S.A., Faccsa, y el otrora gerente J.H.A.G., están imputados del delito de apropiación indebida de $ 301 millones de propiedad de los accionistas.

En septiembre y octubre del 2019 fueron formalizados en la investigación por el Ministerio Público en el Juzgado.

Los comerciantes afectados, aguardan a que el ente persecutor penal también formalice por el mismo ilícito a otros dos directivos, todos los que estuvieron a cargo del directorio de la asociación por cerca de 19 años, para que una vez que concluya el proceso indagatorio los cuatro acusados sean llevados a juicio.

Construcción del nuevo
recinto ferial fue la
excusa perfecta

Acongojada por la situación que vive junto a los 312 accionistas originales de Faccsa, la nueva presidenta del directorio, Jacqueline Milles, quien asumió en 2014, explicó a Diario LA REGIÓN que el problema surgió en 1999.

Después de un largo y sacrificado proceso, lograron adquirir el terreno donde comenzaron a construir su recinto ferial. Esto es entre las calles Portales y Maipú, en Coquimbo.
Lo que no sabían los socios era que los dirigentes acusados tenían, a la vez, una empresa constructora. Entonces se da la figura de mandando y mandado a la vez, pero con platas ajenas, del gremio. La defraudación supera los 301 millones de pesos.

«Aquí hubo un fraude muy grande del anterior directorio de la sociedad, ya que se perdieron $ 301 millones de pesos que corresponden en gran parte a pagos entregados a la constructora Erices y Toro, de la que los mismos directores de nuestra sociedad eran sus representantes legales, así se hicieron pagos con cheques de la cuenta corriente de Faccsa, sin ningún respaldo de facturas», hace ver la dirigente.

Agrega que también hubo otros pagos extraños durante el período de edificación del recinto (2011-2013).

Los directivos pagaban boletas de honorarios a guardias de hasta 2 millones mensuales y le quedó debiendo materiales a una ferretería vecina.

En 2014, aplicando los estatutos, lograron un cambio del directorio, sin que se cumpliera con la entrega de un balance.

«Desde que asumimos este directorio se les ha pedido reuniones a los antiguos directores para una rendición de cuentas, pero al final hacen caso omiso».

La dirgenta agregóque el Servicio de Impuestos Internos multó a la sociedad en $ 58 millones por no dar boletas a la constructora, «y así nuestros fondos desaparecieron y tuvimos que repactar con Tesorería para poder pagar en cuotas».

Milles expresa que nunca sospecharon que los anteriores directivos iban a caer en malos manejos.
Todo esto partió cuando a fines de los 90 se formó el sindicato de feriantes, y se unieron para comprar el terreno en 1995.

Por su parte, Stivel de La Barra, accionista y asesor del nuevo directorio, agrega que la formalización de J.H.A.G., y R.A.D.C. da cuenta que habrían sido ellos los que retiraron
-el 30 de septiembre del 2014- desde las oficinas administrativa de Faccsa, documentos contables y un computador con información financiera interna.

«Cuando hubo cambio de directores nos encontramos con la desagradable sorpresa que no había ningún documento y no pudimos revisar cuentas. Recién ahí supimos que había deudas con tres bancos por préstamos de $ 1.300 millones, de $ 45 millones y $ 31 millones, los que estaban atrasados en varias cuotas».

Además se debía a la empresa de aseo Tasui, además de luz y agua con más de dos años de arrastre.

A los trabajadores, como guardias, administrativos y secretarias, tampoco se les había pagado sueldos e imposiciones, tampoco se habían cancelado las contribuciones.
No tienen claridad respecto a los pagos fr accionistas que accedieron a puestos en el recinto. Era $ 1 millón 600 mil por persona, en 116 casos.

Como si fuera poco, relata que «una vez hubo un aporte de Corfo por $100 millones, que nadie sabe dónde terminaron».

María Soledad Santander, vicepresidenta de Faccsa, remarcó que sienten gran desilusión e impotencia por la pérdida del patrimonio.

«Acá hubo un fraude derechamente, y necesitamos que los responsables den respuesta, porque los 312 accionistas necesitamos saber qué pasó con nuestra plata. Lo único que sabemos es que las platas de Faccsa iban de un banco para otro, y por eso no hemos podido surgir. Nos da pena ver a nuestra feria, que parece una carpa cualquiera.

La misma opinión tuvo Rosa Cornejo, accionista y ex vicepresidenta de la sociedad, que se retiró del anterior director al constatar que no había claridad en el manejo financiero. «Acá hay que preguntarle derechamente a los directivos que enfrentarán a la justicia qué pasó con nuestra plata, partiendo por los $ 301 millones por el pago de los puestos».

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