El proceso de reubicación de alumnos de la Universidad del Mar ha sido caótico por decir lo menos, puesto que si bien, bajo ese nombre da la idea que los alumnos van a llegar a otras casas de estudios y automáticamente van a seguir sus estudios como lo hacían antaño, no es tan así. Incluso, algunos alumnos han abandonado algunos institutos para irse a otros que les dan «garantías», sin estar siquiera acreditados.
El director de la sede Las Serena de la Universidad Central, Luis Moncayo, se refirió in extenso a la problemática de los estudiantes de la Universidad del Mar, manifestando principalmente, que la Central comenzó a recibir alumnos de ese establecimiento, antes que se agudizara la situación, específicamente desde el segundo semestre del 2012, un proceso al que no llaman reubicación, sino traslado como se hace en todo el ámbito universitario.
«Desde agosto del 2012 comenzamos a recibir una serie de solicitudes e información de grupos de estudiantes, en particular de Educación Diferencial y Educación Física, en donde recababan en qué condiciones quedaban si intentaban trasladarse (…) en donde les indicábamos que los requisitos eran los mismos para todos los estudiantes de cualquier casa de estudio superior», comentó Moncayo.
De esas solicitudes se fueron analizando caso a caso, en donde hubo 15 estudiantes que se adecuaron a los requerimientos y decidieron trasladarse el año pasado desde la Universidad del Mar hacia la Central, todos con un puntaje de PSU mínimo de 420 puntos, y que asumieron el costo de quedar en un nivel más bajo.
Moncayo señala que eso ocurría no como castigo, sino porque las mallas eran distintas, y además, a estos nuevos alumnos se les entregó dos cosas adicionales, porque había ciertos desniveles. «Les hicimos un examen para medir el nivel de competencias y conocimiento que tenían, y cuando detectamos que algunos alumnos tenían ciertas debilidades, implementamos un programa de acompañamiento para que tuvieran éxito en rendimiento, y todos esos alumnos aprobaron», explica el director de la Central.
Esta voluntad de esta casa de estudios no se hizo bajo ningún convenio, «solo por una decisión de por sí y ante sí», teniendo a la vista los perfiles académicos de los alumnos que solicitaron el ingreso.