En poco más de 48 horas funcionarios de Gendarmería dejaron al descubierto tres intentos de ingreso de droga al Complejo Penitenciario de Valparaíso. En cada uno de los casos el pan fue el medio utilizado para enviar los estupefacientes a privados de libertad. El tradicional pan batido y el pan de mesa, más conocido como pan de completo, fueron elegidos, como métodos pocos usuales, para el transporte de estupefacientes.
El hecho más reciente se produjo el pasado domingo, cuando las funcionarias uniformadas del Centro Penitenciario Femenino de Valparaíso, revisaron la encomienda que pretendía ingresar una familiar de una interna condenada. En su interior se encontraba un “pan de completo”, en la masa se escondían diez comprimidos de color damasco, medicamentos utilizados como droga.
Dos días antes, y con tan solo 15 minutos de diferencia, llegaron hasta el establecimiento penitenciario un hombre y una mujer, sin relación aparente. Ambos serían protagonistas de nuevos intentos de ingreso de drogas. Esta vez el pan utilizado para tal propósito sería el tradicional “pan batido”.
Se decomisó una bolsa con marihuana y ocho comprimidos de color rosado. Posteriormente se dio la incautación más sustanciosa, toda vez que se requisaron cuatro bolsas con marihuana y un total de 20 comprimidos de psicotrópicos.
En cada uno de los procedimientos se informó al fiscal de turno. Mientras que personal del equipo de canes adiestrados se encargó del traslado de la droga hasta el servicio de salud. Por su parte los protagonistas de los frustrados intentos de ingreso de elementos prohibidos fueron puestos a disposición del ministerio público.
