Como Juan Araya, de 73 años de edad, residente de Las Cañas de Illapel, fue identificada la persona que pereció ayer aplastada por material rocoso desprendido de un derrumbe del pique de la mina en que laboraba, en el sector alto de la Cuesta Cavilolén.
Un testigo del accidente llamó a Carabineros y a Bomberos, constatando que había fallecido por politraumatismos y otras heridas en distintas partes del cuerpo.
Además, funcionarios y profesionales de la Seremía de Minería junto al Servicio Nacional de Geología y Minería, Sernageomin, concurrieron al lugar de la tragedia para reunir indicios para determinar la forma en la que ocurrió el fatal derrumbe, estableciendo que la mina estaba cerrada y que Araya, a la espera de regularizar la documentación para reabrirla, realizaba faenas en ella sin los permisos de rigor.
Con el caso de Araya, en lo que va del actual año, han sido registrados tres accidentes fatales en yacimientos mineros a nivel regional.
El primero ocurrió el 20 de julio, cuando debido a una detonación de explosivos, perecieron al interior de la mina de oro La Poderosa de Punitaqui, el supervisor Gabriel Urquieta Olivares, de 49 años, oriundo de la región de Valparaíso, y el operador de Punitaqui, Rafael Tobar Díaz, de 29.
Luego, el 30 de julio, el técnico Jakson Olivares Leiva, de 27 años, dejó de existir en la planta procesadora de la mina Piedra Blanca, de Tunga Sur, Illapel, después de ser golpeado en el tórax por un componente que procedió a desprenderse de una chancadora a la que efectuaba una mantención en un rotor.
Ambos accidentes siguen en proceso indagatorio por parte de la PDI del Ministerio Público.