Marcha por el agua «es un grito de auxilio» para diversas comunidades

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Desde las tres provincias dijeron presente y llegaron ayer hasta la intendencia para exigir sus demandas. Desde Salamanca con carteles que llevaban el lema «el agua es un derecho humano». 

Sí, piden que se modifique el Código de Aguas. También la salida del director de la Dirección de Aguas, Carlos Galleguillos, «por su total abandono de deberes debido a la problemática de la escasez hídrica que estamos viviendo», dijo Patricia Ardiles, del Valle de Elqui.

Desde la provincia de Choapa salieron a las seis de la mañana rumbo a Los Vilos y ahí se juntaron con gente de Pichidangui y Quilimarí. «Nos autoconvocamos desde las tres cuencas, y creemos que la necesidad es la misma, pues en las tres cuencas existe el saqueo minero, porque vemos que hay depredación desde el monocultivo amparado por los gobiernos de turnos. Vemos que el decreto de escasez permite hoy que las grandes empresas se lleven al agua para uso industrial y no para consumo humano y la pequeña agricultura. Estamos viendo que nuestros territorios están siendo saqueados desde hace mucho tiempo», dijo Milana Báez, de Salamanca.

Para Milana, la caravana del agua que inició en diferentes puntos de la región y que terminó en el frontis de la Intendencia, «es un grito de auxilio, porque estamos quedando secos y los gobiernos de turnos no hacen nada.

Por eso hoy (ayer) entregamos una carta al intendente, donde pedimos y exigimos, entre otras cosas, que se anule el decreto de escasez, el punto número 3, donde cualquier empresa minera, e industrial, pueda hacer uso del decreto, pues las grandes empresas se quedan a perpetuidad extrayendo el agua y dejando a nuestros ríos secos».

Que sientan la presión

De la comuna de Monte Patria, donde todavía lamentan el incendio que destruyó más de 30 hectáreas la semana pasada, Claudia Quezada afirmó que «esta manifestación surgió porque literalmente nos estamos quedando secos. La situación ya no es romántica, sino que estamos sin agua, literalmente. El río Limarí, por ejemplo, se está quedándose seco y la gente en los interiores recibe agua cada veinte días, y a veces más».

Uno de los grandes responsables, para Quezada y el centenar de personas que con carteles y cantos se manifestaron, «son los empresarios que tienen los estanques llenos de agua, y hace unos días vivimos un incendio gigante que consumió más de 30 hectáreas de bosque nativo. Así que, desde la urgencia, de no tener agua para tomar, agua para regar los cultivos, es que estamos acá. Queremos que el decreto de escasez tenga la modificación que se requiere, porque no se les puede permitir que saquen agua de donde ya no hay».

También de la provincia de Limarí, Katherine Galleguillos, de Combarbalá, manifestó su rabia y pesar por lo que están viviendo con el vital elemento.

Más que la carta entregada, para Galleguillos lo principal «es que la gente se manifieste, que ellos sientan la presión, pues si no existe presión no tendremos ninguna solución. Y queremos que los empresarios sientan que no seguiremos aguantando que abusen de sus monocultivos y que nos perjudiquen las cuencas de los ríos».

No existe una
fiscalización

Quienes también adhirieron a la manifestación, que llegó a las 12:30 a la Plaza de Armas de La Serena y se mantuvo hasta pasadas las 14 horas, fue la Asociación Diaguita Amakai Kakan.

Para Ana Godoy, su presidenta, «estamos acá porque el agua es indispensable para todos. Como indígenas cuidamos el agua, todo lo que es la naturaleza, por lo tanto si no tenemos agua, seguramente morirá la naturaleza. Es algo primordial para nuestras vidas y respuestas no hemos recibido. No sabemos a quién acudir».

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