El pasado miércoles fue formalizada Mirta Ardiles, madre de Melissa Chávez, la menor que fue encontrada sin vida tras un incendio en una vivienda del sector La Cantera, en Coquimbo. Tras un increíble vuelco del caso, la mujer se convirtió en la principal sospechosa del asesinato de su propia hija y quedó en prisión preventiva. Actualmente se encuentra en la cárcel de La Serena.
El comisario Gonzalo Ulloa, del Departamento Criminológico de Investigación Forense de La Policía de Investigaciones, en conversación exclusiva con Diario La Región, analiza las principales conductas de la imputada. «Trastorno a nivel siquiátrico o un trastorno de personalidad crónico», son las principales opiniones personales del experto.
Gonzalo Ulloa analiza los principales rasgos sicopáticos de la única imputada del brutal asesinato. Si bien agrega que desde la institución no se ha ordenado crear un perfil sicológico de la madre de Melissa debido a que la investigación actualmente está abocada en el crimen propiamente tal, el experto desclasifica algunas características de la mujer. Asegura «falta de empatía y que probablemente deshumaniza a su propia hija».
«Lo que yo puedo decir, en términos generales, es que detrás de un hecho como este, es que acá hay una persona lúcida de conciencia que tendría un juicio de realidad conservado, porque armaría toda un maqueta, todo un aparataje para evadir la acción de la justicia. Esta persona genera una coartada, ella toma un taxi, se va de su casa y hace todo un montaje para tomar conocimiento eventualmente de este hecho mientras iba en esta situación».
El profesional continua señalando que «es una persona que logra desdoblarse de la acción que previamente habría cometido, actúa con frialdad emocional, falta de empatía y con una capacidad de cosificar a sus pares, en este caso de su propia hija. Deshumaniza a las personas y las ve como objetos».
PERSONALIDAD
PSICOPÁTICA
Las diferentes pruebas exhibidas por el Ministerio Público fueron contundentes para el juez Diego Rubí en el Tribunal de Garantía en Coquimbo. Pericias biológicas dieron cuenta que el ADN de Mirta Ardiles estaba en el arma homicida. Fueron 11 puñaladas las que acabaron con la pequeña, quien habría agonizado dolorosamente antes de su muerte.
A pesar de la lucidez mencionada anteriormente por el experto de la PDI, Ulloa reflexiona las posibles razones que habrían desencadenado los hechos ocurridos el pasado 26 de noviembre en Villa Talinay.
«Esto parte de una persona que probablemente tendría un trastorno a nivel siquiátrico, o un trastorno de personalidad crónico, que la habrían llevado a actuar de esta manera. Además, probablemente aquí hay un estresor a nivel familiar o un hecho en particular que haya detonado esta conducta.»
Durante estos días que han transcurrido post detención de Mirta Ardiles, diferentes versiones han aparecido sobre las verdaderas razones que habrían provocado que la madre atacara a su propia hija. Los cuestionamientos al núcleo familiar y el poco afecto a la menor son temas del actual debate público.
«Cuando nosotros analizamos desde una perspectiva psicológica más profunda, hay que entender que significante ocupa ese hijo para ese madre, ya que no es lo mismo un hijo que es concebido dentro de un matrimonio en armonía a un hijo que es concebido en una situación no programada, o por a una violación, por ejemplo»
En ese contexto, Ulloa señala que la imputada reúne rasgos sicopáticos y no de sicosis, haciendo una clara diferencia entre los dos conceptos, que se han confundido en el último tiempo.
«Cuando hablamos de sicosis hablamos de una persona que tiene un juicio de la realidad alterado, una persona que no sabe distinguir entre la realidad y la fantasía, y ese no sería el caso de esta mujer. Esto porque ella es conciente de sus actos a la hora de armar todo un aparataje. Yo diría que acá vemos rasgos en la línea de la sicopatía, una mente de características más perversas, más dañina y malintencionada, a diferencia de la sicosis, que no tiene dolo y por eso es inimputable».
El mérito de la BH
En círculos policiales y de la Fiscalía se ha destacado el trabajo que realizó la Brigada de Homicidios de la Policia de Investigaciones de La Serena, con apoyo de equipos que posteriormente vinieron de Santiago, al establecer que la muerte de Melissa fue con intervención de terceros.
Era una labor para especialistas, se ha dicho, pues el cuerpo de la niña estaba en condiciones dificiles de periciar.
Además, el humo en el cuerpo y prendas de vestir habrían contribuido a complicar el trabajo de los investigadores.
La detención de la madre de Melissa y su posterior formalización en el tribunal de garantía, postergaron en parte el trabajo de la BH, aun cuando en la intevención del fiscal se resalta la labor pericial.