En un nuevo operativo contra el comercio ambulante en La Serena, un inspector fue agredido con piedras y golpes, y tras la acción de Carabineros el sujeto fue detenido, lo que provocó una manifestación de los vendedores ilegales en el frontis de la primera Comisaría de la capital regional. Alcalde anuncia mano dura, «debo cumplir con la ley».
Todo partió este martes, cuando a petición del municipio de La Serena diversos organismos se reunieron en el edificio consistorial para analizar la situación del comercio ambulante en la capital regional. Entre ellos estuvo presente Carabineros, PDI, Ejército de Chile, SII, Gobernación Provincial del Elqui, Delegación Municipal sector centro y representantes del colectivo ciudadano Barrio Patrimonial.
En la reunión se analizó el fracaso de las diversas mesas de trabajo que se han generado en la comuna para erradicar el comercio ilegal. Para las autoridades, dentro del contexto de pandemia, «el ejercicio de la venta de alimentos, cosméticos, vestuario y otros productos de dudosa procedencia en las principales calles del casco histórico de la capital regional es una irregularidad sanitaria, no pagan impuestos, vulneran derechos de marca y propiedad intelectual, por eso está fuera de toda normativa», señaló durante su presentación Gonzalo Arceu, jefe de Dirección de Seguridad Pública de la comuna serenense.
Desde las instituciones reconocen el fracaso contra el comercio ilegal hasta el momento. Por lo cual, coincidieron en que es clave mejorar en un corto plazo la coordinación estratégica para abordar las futura políticas, planes y programas que permitan, además, una estrategia judicial efectiva para la generación de futuras querellas contra quienes resulten responsable en estos y otros delitos de índole tributario, sanitario y de seguridad pública.
Decomiso y
nueva agresión
Durante este miércoles, y tras la reunión de coordinación, se realizó un operativo, que consistió en un decomiso de productos ilegales, que terminó en una nueva agresión a inspectores municipales de La Serena.
Los funcionarios realizaron un decomiso a un vendedor informal de frutas y verduras en calle Cienfuegos, sector Serena Oriente, el infractor quedó citado al tribunal de turno bajo apercibimiento de procederse en su rebeldía. Se sacaron cinco mesas, dos bolsas matuteras con juegos de sábanas, y además hubo dos decomisos frente a Banco Estado.
En el transcurso hacia la comisaría, los inspectores municipales fueron agredidos verbal y físicamente por un vendedor ambulante de apellido Blas, alias el «Mono», este sujeto lanzó una piedra de grandes dimensiones y fue detenido por carabineros.
Alcalde condena ataques
Tras el ataque al inspector, el alcalde de La Serena, Roberto Jacob, señala que «es cara visible de los ilegales o informales, y es lo mismo. Esta es la forma en que actúan, de manera violenta, en forma agresiva amenazan a los inspectores que los van a fiscalizar, y con ese tipo de gente no se puede dialogar».
«Cumplimos con nuestro deber, y nuestra obligación es controlar de alguna manera el comercio ilegal, porque así lo dicen las leyes y las ordenanzas… todo el mundo reclama durante muchos meses que no se puede caminar por el centro y que está lleno de ambulantes, y cuando actuamos la misma gente se nos viene encima», agrega.
El edil puntualiza en que «nadie aparece en los momentos difíciles, dándole el apoyo a los inspectores o al municipio, entonces es bien difícil poder conjugar todas estas cosas y tratar de hacer las cosas bien… pareciera que la gente quiere seguir viviendo de la forma en que lo está haciendo, con un casco histórico plagado no solo de comerciantes».
El alcalde comenta que la iniciativa surge luego de la mesa de trabajo con los actores que les corresponde ver la fiscalización y la tranquilidad del casco histórico, «no me van a amedrentar, mucho menos acepto presiones y amenazas, es la ley la que debo hacer cumplir».
«Ellos (los vendedores ilegales) están transformando todo esto en un caos, pero no daré mi brazo a torcer, porque es lo que corresponde, estoy del lado de la ley, y si ellos no se acomodan, lamentablemente esta cosas van a tener que seguir, pero no puedo subyugarme a lo que ellos quieran», agrega.
Jacob dice que estuvo abierto al diálogo por más de un año, «les ofrecí sitios y ellos no quieren nada, y cuando la conversación es de sordos, las cosas no funcionan… Cuando pasan estas cosas (agresiones) piden diálogos y reuniones, pero su propuesta es seguir tal como están…».