Como un hecho lamentable y una mala señala, definieron los dos timoneles regionales de la DC y el PS, Francisco Villalón y Eduardo Alcayaga, respectivamente, luego que los partidos de oposición –a nivel nacional- no pudieran ponerse de acuerdo para realizar primarias parlamentarias.
En la región, la Democracia Cristiana pretendía realizar primarias internas en el séptimo y noveno distrito para tener un candidato único y así participar en las primarias del 30 de junio con otros aspirantes de los demás partidos de oposición, situación que fue suspendida dese Santiago y los dejó con los crespos hechos.
En tanto, la situación del PS apuntaba al desarrollo de las primarias senatoriales, en donde estaban las aspiraciones del socialista Marcelo Días (actual diputado del séptimo distrito), para competir contra la PPD Adriana Muñoz (diputada del noveno) y el DC Jorge Pizarro (actual senador).
Ante el nuevo escenario, incierto para muchos, Villalón, manifestó que «lamentamos profundamente que no se hayan generado las condiciones para tener primarias de oposición, en los tres distritos de nuestra región. Nosotros, como Consejo Regional de la Democracia Cristiana, fuimos muy claros en señalar que estábamos disponibles para hacer el ejercicio de primarias en cada uno de los distritos».
Para el timonel falangista, esta decisión -o indecisión al fin y al cabo- sería «un muy mal antecedente, creemos que no es bueno para la democracia, no es bueno para el país, no es bueno para la región que los candidatos se elijan sin la participación ciudadana. Nosotros siempre, desde el primer momento, como consejo regional del la DC, tenemos un acuerdo y un voto político en el cual se señaló con mucha claridad nuestro interés y nuestra aspiración para participar».
Por otro lado, el presidente del PS, Eduardo Alcayaga, dijo que no catalogaría a esta situación como un fracaso, como lo hicieron en los medios metropolitanos, sino como «una mala señal para la ciudadanía, esto depende de la voluntad de los partidos, la expectativa de estos (…) tienen que ponerse de acuerdo para elegir candidatos en un sistema binominal, que genera una especie de embudo». Alcayaga agregó que la complejidad de las negociaciones no son menores y también los personalismos, «los que muchas veces sobreponen lo que son los proyectos colectivos y creo que eso fue parte de lo que gatilló todo».