Más de 150 mil personas llegaron al tradicional recinto
y los comerciantes piden que se repita pues vendieron
más del 30% que en las calles (comparado el 2020).
Comenzó como una medida controvertida, pero se transformó en la verdadera alternativa para las compras de los coquimbanos y coquimbanas. La Pampilla Navideña recibió a más de 150 mil personas durante siete días y se transformó en una idea que los comerciantes esperan se repita el próximo año.
Fue el propio alcalde de Coquimbo, Alí Manouchehri, quien propuso la idea, que tomaron un grupo de emprendedores. «Nuestra intención siempre fue que pudiésemos descongestionar el centro y que las personas vendieran sus productos y les fuera bien, que superaran sus expectativas», dijo.
Si bien existió resistencia al principio, más de 600 locatarios llegaron a la Pampilla, «creo que entendieron que unidos se puede hacer fuerza, y que como municipio no los dejaríamos solos nunca, tendrían todo el apoyo», apunto el alcalde Manouchehri. Así fue como se dispuso de iluminación, baños y un completo plan de seguridad conjunta con Carabineros.
Un equipo de prevención de riesgos evaluó los aforos y se instaló un patio de comida con foodtracks, centros de vacunación, tomas de PCR, juegos infantiles, junto a un equipo de trabajo municipal que atendía las necesidades de los vendedores.
«Dimos la prioridad a los adultos mayores y a organizaciones de apoyo a la inclusión, se habilitó un estacionamiento amplio que estaba a cargo de organizaciones animalistas, a todos les fue muy bien, pude pasearme por todos los puestos, estuve todos los días conversando con los comerciantes, sentí que estaban contentos y me dijeron que esto debía repetirse, les dijimos que debemos hacerlo, y que vamos a tomar todas las recomendaciones y experiencias que vivimos en esta Pampilla Navideña. Estoy feliz por todos y todas», agregó el jefe comunal.
Manouchehri agradeció «a todos los trabajadores y funcionarias municipales que estuvieron presentes, a los artistas que ocuparon un espacio privilegiado y a costo cero estuvieron tardes y noches ofreciendo un espectáculo de alto nivel, de verdad siento que con este empuje y, pese a la crisis financiera, juntos sacaremos a Coquimbo adelante».
24 de diciembre por la tarde, durante el cierre había sólo caras de felicidad, como la de Juana Alfaro, quien manifestó «me voy temprano porque ya vendí todo, es increíble que esto resultó muy bueno, ahora me voy a disfrutar con mi familia y le agradecemos al alcalde por habérsela jugado»
Benjamín Pérez recogía sus productos, y mientras levantaba su carpa señala que «yo no estaba muy convencido la verdad, pero después vi como el primer fin de semana vendí mucho más que lo que vendía en la calle. Nos dimos cuenta de que a la gente le gusta la Pampilla, le gusta pasear acá al aire libre. Estuvimos tanto tiempo encerrados que fue como una liberación».
Por su parte, Abel Segovia no escatimó elogios a la gestión municipal, «a mi me ofrecieron esto y me vine altiro, tenía un buen presentimiento con la Pampilla y me voy feliz, aquí anduvo el alcalde Alí y le pude agradecer en persona por esto. Espero se repita».