Una dramática situación vivió la familia del futbolista que en este mercado de pases pasó a Coquimbo Unido, Álvaro Ramos (29), quien denunció por sus redes sociales que su familia había sufrido un asalto y posterior secuestro en la zona de Alto Hospicio.
Horas de pánico y miedo fue lo que vivió la familia de Ramos durante la madrugada de este martes 11 de enero. La esposa y la hija del delantero de Coquimbo Unido sufrieron el robo y secuestro en Alto Hospicio, localidad donde tenían un terreno y donde el joven delantero es oriundo.
El nuevo jugador de Coquimbo Unido utilizó sus redes sociales para dar a conocer la situación que afectó a su familia, la que ya se encuentra fuera de peligro. Además para lanzar sus dardos contra las autoridades por cómo están tratando el tema en la zona. Ese que habla de una inmigración descontrolada y que tiene aparentemente a bandas de extranjeros causando el terror en los habitantes de la zona.
«Se metieron a robar y tenían secuestrada a mi familia en Alto Hospicio. Gracias a Dios ahora están bien. Fueron extranjeros, por su acento. Nos tienen la cag… en la Primera Región y siguen entrando más y más delincuentes. Hagan algo», comentó en un primer mensaje el jugador.
El «pepero» que llega a darle un nuevo aire al ataque «pirata» continuó en su descarga. «A las seis de la mañana me llama una de mis hermanas diciendo que se habían metido a un terreno que tenemos, donde está viviendo mi madre y un primo (…) se metieron tres extranjeros con pistolas», señaló Ramos.
A esto agregó que desarmaron todo buscando dinero «tenían amarrada a mi mamá, mi hermana solo escuchó que estaban pidiéndole dinero».
El futbolista indicó que a su «cuñado le pegaron, a mi mamá la tenían amarrada, estaban hasta tocando a mis hermanas».
«Es algo terrible, una pesadilla despertar con un llamado así. Está terrible la cosa en Iquique», precisó el jugador de Coquimbo Unido.
Ramos reconoció que cuando su hermana le empezó a contar lo que había pasado, incluso él temió que la situación hubiese terminado con algún fallecido. »Ella llorando me decía y yo me imaginaba lo peor… Me salieron lágrimas, estaba desesperado, no sabía qué hacer. Gracias a Dios no pasó a mayores. Tuve que pedir permiso en el entrenamiento, porque estaba con nervios. Mi familia está esperando, están los Carabineros y la PDI viendo lo que ocurrió», expresó el delantero.
La información que entregó el propio jugador fue que Carabineros logró atrapar a los delincuentes.