El pisco se produce solo en las regiones de Atacama y Coquimbo, y este 15 de
mayo es su día nacional, y en el marco de las actividades de celebración, autoridades y productores insisten en el fortalecimiento y mayor protección del producto y su industria, la que actualmente, pese al escenario hídrico, aporta
40 mil empleos indirectos.
En la región de Coquimbo se ha vivido de manera diversa el Día del Pisco, cuya fecha oficial es este domingo, en donde en varias comunas se han organizado una serie de eventos, como muestras y talleres, y otras invitaron a concursos y actividades familiares, pero todas bajo un mismo objetivo: reconocer a este producto, su historia y su impacto en la actividad económica.
Y es que hoy la industria pisquera representa más de 10 mil hectáreas plantadas, 40 mil empleos indirectos, unos 3500 directos y 35 millones de litros producidos al año, de acuerdo a cifras de Pisco Chile.
En ese sentido, Francisco Munizaga, presidente de Pisco Chile, comenta que «estuvimos dos años sin actividades de celebración. Para nosotros, las palabras de apoyo a la industria son muy significativas. Como industria no estamos ajenos a los problemas, pero queremos reconocer y celebrar al pisco como corresponde».
Para el delegado presidencial regional, Rubén Quezada, «es muy importante relevar lo que tiene que ver con el proceso de producción del pisco desde que se siembra la uva, que se cosecha, los modos de vida, la agricultura familiar, cómo se organizan a través de cooperativas, cómo las distintas pisqueras pueden generar un producto de alto nivel que pone la diferencia con cualquier otro competidor para relevar el nombre de Chile y su pisco en el mundo».
Aunque más allá de los datos, tanto las autoridades como los empresarios insisten en que el pisco no es sólo el destilado, es historia, tradición, y detrás de él hay un proceso complejo de producción.
Así lo explica José Manuel Veloso, guía de Pisquera Mistral en Paihuano, quien señala que para defender al pisco afuera, primero se debe conocer su esencia, «nosotros tenemos la vendimia, la recolección de la uva, el macerado, o sea el molido y creación del jugo, la vinificación, que es transformar ese jugo en vino, y la destilación, que es cuando rescatamos los alcoholes que están en ese vino, y finalizada esa parte viene el añejado, que es dejarlo dentro de los barriles».
En el marco de la celebración del Día del Pisco también se invita a conocer los detalles de fabricación, los que, a juicio de los productores, le dan el valor que lo identifica como producto con denominación de origen.
Así, Domingo Jiménez, gerente general de Pisquera Chile, comenta que «la historia es interesante, una historia que cuando la conoce y aprende ve que es un destilado con historia que contar (…). Al final la denominación de origen dice relación con que el producto pisquero solamente puede ser hecho en la tercera y cuarta región, y hace que a esta industria tengamos que cuidarla y fomentarla de buena manera para seguir haciéndola crecer, tanto en Chile como en el mundo».
Hoy en día, tanto los productores de la región de Coquimbo como de Atacama han liderado gestiones conjuntas para una mayor promoción, protección y reconocimiento del pisco, entre ellas campañas de difusión alrededor del mundo y la participación de algunas marcas en competencias internacionales.
De esta manera se retoma una celebración que data del año 2009, tras decreto del Ministerio de Agricultura para elevar un producto que desde 1931 cuenta con su reconocimiento de denominación de origen, la más exitosa de América del Sur, elevándola al sitial de patrimonio cultural y nacional, avalada por estudios que demuestran que los primeros productores de pisco en el mundo lo hicieron en el Valle de Elqui.
