«El tipo ha seguido en el pueblo a mi hija, y a pesar que pusimos una orden de alejamiento, no se hace factible el tener que convivir una niña con ese trauma. Es doloroso, y yo como padre clamo justicia, pues veo que lamentablemente no está llegando. No hay avance, el hombre no lo mandan siquiera a declarar, lo veo paseando como Pedro por su casa y me desespero. Estoy atado de manos, no pudiendo hacer nada», reclama el papá.
En conversación con La Región, el padre de la menor afectada se refiere a un caso que estremece a una familia de la localidad de Guanaqueros. Una denuncia por violación y otras dos querellas por el mismo delito de abuso sexual, recaen en un hombre de 49 años, quién es acusado de realizar presuntamente actos deshonestos contra la hija del entrevistado y dos sobrinas.
Fue en septiembre de 2021 cuando se presentaron los antecedentes al Ministerio Público y en mayo passado se ejecutó el último movimiento judicial con la admisibilidad de la última acusación. Sin embargo, hasta la fecha no existirían mayores avances en la carpeta investigativa, cuestión que provoca indignación en la parte demandante.
Una estudiante menor de 14 años confesó delante del profesor y sus compañeros que estaba siendo abusada en medio de una clase donde hablaban de acoso escolar. La dirección del colegio inmediatamente presentó una denuncia contra el presunto autor, quien es el hermano de la abuela de la víctima.
Esa denuncia provocó que otras integrantes de la familia se atrevieran a confesar otros presuntos abusos sexuales que habrían recibido de parte del mismo hombre. Hechos que aparentemente se llevaron a cabo en años anteriores bajo el mismo modus operandi, según relata el hombre de 37 años, padre de una de las afectadas.
Como ambos encargados de la menor trabajaban, solían dejar a su hija en la casa del tío, quién vive a pocas cuadras del hogar. Fue en ese lugar donde mayoritariamente se habrían efectuado estos actos.
«Lamentablemente normalizamos el dejar a nuestra hija en la casa de ese sujeto, ya que vivía relativamente cerca y eso nos ayudaba mucho. El tipo además aprovechaba reuniones familiares para atacar, en momentos cuando estábamos en la playa reunidos todos. Les realizó tocaciones e incluso violó sistemáticamente a mi sobrina durante años. Sin duda actúa como un verdadero pedófilo, porque manipula hasta una cierta edad a las niñas y luego las suelta. Es aterrador ver como el tiempo avanza y no hay ninguna respuesta de la justicia», sostuvo.
En Guanqueros historias como estas serían conocidas en el pueblo, asegura el denunciante. Por años se habrían normalizado ataques sexuales de parte de familiares directos a menores, no obstante son las nuevas generaciones las que vendrían a romper con esa aberrante «tradición».
«Mi hija no va a clases desde septiembre del año pasado, en marzo quiso volver, estuvo algunas semanas, pero volvió a decaer su salud mental, ha tenido intentos de suicidio debido a que recibió burlas incomprensibles en el colegio de parte de compañeros, prácticamente como la niña abusada. Tuvo cortes en los brazos (…) por eso estaba con licencia médica y prácticamente cerrando el año bajo ese formato. Ha estado inestable emocionalmente, con cambios de estado muy bruscos, que son obvios debido al trauma vivido. Yo como padre estoy destrozado, por eso estamos contándolo ahora», dijo con mucha pena.
Tras llevarse a cabo la denuncia en el tribunal de Coquimbo, la menor fue ingresada al programa de Centro de Atención Integral a Víctimas (Cavi), perteneciente a Fiscalía, sin embargo la familia no estaría conforme con la atención brindada hasta ahora, debido a aparentes retrasos que dicen considerar injustos.
«No es posible que para entregar ayuda a víctimas de delitos sexuales haya que estar en listas de espera, eso no es digno para nadie, no podemos darle la ayuda en un año a las niñas abusadas, la atención debe ser rápida. Es por eso que decidimos con la familia llevarla a una consulta privada para que tenga apoyo de psicólogos dos o tres veces a la semana, pero de forma recurrente, no como se ofrecía en el programa Cavi. Lo cierto es que lo único positivo de ese programa es la abogada, que está llevando los tres casos de la familia contra este desgraciado».
Las presuntas fechorías sexuales del acusado serían sabidas en la zona, pero hay debate. Una parte de la ciudadanía tendría sus dudas al ver que, hasta ahora, el acusado no ha sido detenido a pesar de las serias denuncias contra su persona.
«Acá (Guanaqueros) mucha gente le tiene buena onda debido a que es simpático. La gente que lo estima no puede creer todo lo que dicen de él al verlo común y corriente deambular, la gente duda, pero no saben el daño que le hizo a toda una familia. En este pueblo tan especial, por años pasaron cosas que hoy ya no son permitidas y hoy van a explotar cueste lo que cueste», reclamó el hombre.
Relatan más abusos
Otra de las víctimas, hoy de 18 años, cuenta a este medio detalles escabrosos de los delitos que sufrió por años, siendo solo una menor de 12 años. La joven está en la actualidad con ayuda psicológica y psiquiátrica, y dice valorar la ayuda de Cavi. Sin embargo, dice que las secuelas que le habría dejado el hecho son imborrables.
«Yo decidí hablar de este abuso al ver que otra familiar, que es más chica que yo, tuvo la valentía de denunciar a este hombre. Dije, si se lo hizo a ella, no puede volver a repetirlo nunca más», cuenta la joven.
Hoy está sacando cuarto medio con exámenes libres. «Cuando me siento mal me dejan retirarme». Confiesa que desde que se desencadenaron los hechos ya no es la misma. «Me indigna verlo en la calle pasar, cuando lo veo agacho la mirada para evitarlo».
Su meta es sacar su carrera de técnico en enfermería y tirar currículum en otro lado, fuera de Guanaqueros. «Yo quiero formar mi familia lejos de este pueblo al ver que la justicia no avanza, me decepciona todo de este lugar», sentenció.