Ex Teatro Centenario encontró subarrendatario y la empresa a cargo ya inició el proceso de «remover escombros, desratizar para poder tomar medidas y comenzar a trabajar con los profesionales que estarán a cargo de la restauración», dijeron
Escombros y más escombros. Y un altísimo riesgo de incendio, sobre todo por la acumulación de basura y materiales que son inflamables. Así se encuentra hoy el ex Teatro Centenario, cuya imagen dista mucho de lo que es justamente un centro para la cultura.
Sin embargo, eso no importó para que Teatro Centenario SPA se haga cargo y decidiera subarrendar el recinto a la empresa Inversiones Alta Cruz Ltda, que desde 2020 le alquila el teatro al arzobispado, y que, hasta hace poco, tenía un acuerdo de palabra con el alcalde Roberto Jacob, el primer interesado.
«El arriendo ya está, firmamos con la inmobiliaria hace un par de semanas y en este momento estamos elaborando el proyecto, que es presentar carpetas a las distintas autoridades correspondientes como municipio y Consejo de Monumentos Nacionales, para poder iniciar el trabajo de rehabilitación, ya que nos entregaron el teatro en condiciones de bastante mal estado», cuenta a Diario La Región Sebastián Bravo, de Teatro Centenario SPA, que se formó exclusivamente para conseguir el subarriendo del edificio.
Hace tiempo que el recinto en su interior ha sido invadido por un silencio escalofriante, «entonces lo que hemos hecho los últimos días es limpiar, remover escombros, desratizar, para poder tomar medidas y comenzar a trabajar con los profesionales que estarán a cargo de la restauración», reconoce.
Costó como
cualquier
transacción
La negociación de Teatro Centenario SPA con la inmobiliaria no fue de ahora, «ya que hace rato que veníamos conversando». Sin embargo no eran la primera opción, «pues Alta Cruz siempre le dio la prioridad al municipio y a la fundación que estaba detrás del arriendo».
La fundación a la que se refiere Bravo es Fundación Cultural Teatro Centenario Nuestro Legado, que como reconocieron en más de una ocasión, siempre existió el interés e incluso dijeron tener el respaldo del Ministerio de las Artes y Las Culturas y de empresas privadas para el subarriendo del recinto.
«Pero cuando eso cayó nos contactaron a nosotros, y costó como cualquier transacción de esta naturaleza, pues es un contrato largo que involucra altas sumas de dinero, y de montos no podemos hablar porque existe un contrato de confidencialidad».
Por estos días están elaborando el proyecto en cuanto a lo arquitectónico, pero el objetivo principal, como asegura Bravo, «es dedicar el espacio a la cultura y espectáculos como obras de teatro, espectáculos musicales, obras para niños. La verdad es que queremos que funcione como cualquier teatro y dedicado al público en general».
Aunque todavía no tienen una fecha determinada, «pues estamos recién proyectando», sí tiene claro que en unas dos semanas «tendremos más información sustanciosa, pero hasta el momento solo te puedo contar que el sitio se dedicará a la cultura y el espectáculo, el resto de cosas aún no está por definirse».
Por salubridad
Llevan unas semanas los trabajos al interior del recinto, pero a medida que han ido avanzando, han aparecido las sorpresas. Capas de polvo, basura…
«Encargamos que limpiaran, ya que fuimos al lugar con profesionales cuando recién lo recibimos, y el lugar estaba lleno de ratones muertos y vivos, todo tipo de bichos, por lo que era un montón de escombros y no parecía teatro. Es más, había un patio trasero que estaba como un vertedero, con sillas viejas, envases de bebidas como de los años 80, así que por eso estamos limpiando, por una cuestión más bien de salubridad».