Vestimenta de los alumnos de 1823 y animales, como un oso polar, un orangután y un cocodrilo, se pueden apreciar en la galería dentro del establecimiento educacional. «Todo lo que se ve en el museo es verdadero y ocupado por los diferentes profesores y estudiantes de los siglos XIX y XX», cuenta Alejandra Rojas, profesora de patrimonio.
El Museo Histórico del Liceo Gregorio Cordovez nace en 2011, para conmemorar al ex director Juan Francisco Muñoz en un espacio que antiguamente era una sala de estudio de los internos y con los años una biblioteca, «pero en un comienzo fue todo muy básico y con algunos objetos puestos sobre en la mesa, pues no tenía la implementación de ahora».
Alejandra Rojas, profesora de patrimonio del establecimiento, cuenta los pormenores de la galería, reinaugurada el viernes en las dependencias del Liceo Gregorio Cordovez, fundado el 7 de abril de 1821.
«La fundación del liceo fue de don Gregorio Cordovez, pero la persona que firma el acta de formación es Bernardo O’Higgins, por eso tenemos un busto pequeño y placas conmemorativas», destaca.
El liceo tiene 201 años, y dentro de su historia todo lo que se ve en el museo es verdadero y fue ocupado por profesores y estudiantes de los siglos XIX y XX.
Si bien este sitio nace en 2011, otra ex alumna, Oriana Mondaca, llega al año siguiente a trabajar en diferentes cargos directivos y postula a dos Fondart (2014-2015). Ya en 2019, bajo la dirección del actual director Mario Rojas, también ex alumno, se decide modernizar el lugar y postular al fondo para el mejoramiento de museos, «así que en 2020 nos adjudicamos un monto de 34 millones para mejorar la vitrinas y dependencias, con el objetivo de conservar y preservar el patrimonio material en estos más de 200 años de historia», reconoce.
Desde Francia
Este año que se volvió relativamente a la normalidad tras la pandemia, se terminó la obra, y con los estudiantes del taller de patrimonio ubicaron los objetos, y dentro de las muestras se pueden encontrar, por ejemplo, uniformes que debían vestir los estudiantes en 1823, además del enorme énfasis que se le da a Ignacio Domeyko, pues llega a trabajar a este liceo, siendo su primera parada en Chile.
«También tenemos un telescopio que regaló Gabriel González Videla, fotografía de los internos y radios de 1930. En realidad mucho material que se utilizaba en clases, y la mayoría de los animales, como el oso polar, el orangután y el cocodrilo, llegaron en 1907 desde Francia, y los más pequeños fueron donados por los estudiantes de la época, pues había un gabinete de ciencias», señala.
Justamente los animales son los que más llaman la atención, todos son de verdad, salvo sus ojos.
«Acá vienen investigadores a realizar estudios de diferentes áreas, incluyendo la taxidermia. Destacar que el museo está abierto a público en horario escolar, previa inscripción, y se recibe a investigadores que están buscando datos sobre la historia de la educación en Chile».
De los objetos destaca, además, un sable de la Guerra del Pacífico que perteneció a un ex alumno, puesto que muchos liceanos y profesores pelearon en el Batallón Coquimbo.
«Los objetos que tenemos en este museo son queridos por nosotros, por los niños de patrimonio, porque todos cuentan una historia, todos tienen su misterio…».