La Asociación Nacional de Fiscales paralizó sus funciones en protesta al reajuste
del sector público por segunda vez en menos de una semana.
La de ayer duró más horas y solo se atendieron las audiencias urgentes. Sin embargo hay desagrado, porque el miércoles algunos diputados «utilizaron epítetos muy duros e injustos, diciendo que éramos gente millonaria y mentirosa. ¿Y si comparáramos los sueldos? Ahí uno tendría que decir quién es más rico que el otro, ¿verdad?», se queja el dirigente regional.
Bien la de ayer pudo ser una movilización histórica. Pues por cerca de cuatro horas la Asociación Nacional de Fiscales apoyó el miércoles ir a paro y este jueves, en la Fiscalía local de calle Melgarejo, en Coquimbo, no atendieron, salvo los casos más urgentes: violencia intrafamiliar y personas privadas de libertad.
La paralización, la segunda en una semana, es en protesta por la decisión del Gobierno de excluirlos -dicen- del reajuste del 12% del sector público, lo que afecta no solamente de manera personal a los fiscales, sino que también a la independencia del servicio de justicia y la autonomía del Ministerio Público.
La molestia, reconoce Juan Pablo Aguilera, presidente regional de la Asociación de Fiscales, gremio que agrupa a más del 90% de los fiscales del país, radica en que se les invitó a exponer en la Comisión de Hacienda, también a otros profesionales del sector público y entidades que solicitaron audiencia, «pero aparte de escuchar y hacer alguna observación, derechamente, tanto la comisión como el pleno de la Cámara de Diputados, aprobaron sin más el proyecto presentado por el gobierno y en los términos tal cual estaban, así que no hubo avances y tampoco mayores intenciones de poder dialogar o buscar alguna solución».
Es por eso que ayer tomaron «una postura más firme, y por lo que se ve no hay reacción del gobierno, porque no escucha a ningún sector profesional».
Educación pública
Fue el lunes que comenzó en el Congreso la tramitación del proyecto de reajuste de 12% al sector público, que beneficiará a unos 730 mil funcionarios que perciben rentas brutas inferiores a $ 2.200.000.
En el debate, parlamentarios de todos los sectores plantearon sus inquietudes sobre cómo se definieron los tramos y exclusiones, y algunos, como advierte el dirigente, «coincidieron con nosotros, mientras que otros utilizaron epítetos muy duros e injustos, dado que algunos dijeron que éramos gente millonaria, otros que éramos mentirosos…».
En ese sentido, comenta que «uno trata de no comentar esas cosas, pero cuando ingresamos al servicio público, en este caso la Fiscalía, a diferencia de otras profesiones, e incluso en el mismo ejercicio de función de abogado, no negociamos un sueldo, sino que es propuesto en el concurso público y es el que uno sabe que tendrá si lo gana para ser fiscal. Entonces cuando se nos tilda de ricos, de privilegiados, lo cierto es que se está incurriendo en una falacia para que la gente, en el fondo, se ponga en contra de nosotros».
Agrega que ellos no negocian «ni tampoco pedimos el sueldo que se nos está pagando, sino que eso lo ofrece el Estado por una labor que es sensible y vital para la comunidad. Y lo que se está pidiendo tampoco es un aumento como se ha querido plantear. Además, cerca del 40% del sueldo se va a impuestos y eso no lo dicen, y tampoco que los sueldos no necesariamente están acordes al mercado para la especialización que tiene un fiscal».
Ni bencina
ni oficinas
A juicio de Juan Pablo, «acá pareciera que todos vienen de barrio alto a trabajar en el sector público, y eso es una mentira propia de personas que no tienen idea de lo que están hablando. Molesta, pues para justificar una decisión se acude a la mentira y lo que hacen es despertar, por decirlo de alguna manera, el clamor popular. Para llegar a este punto de especialización han pasado años, estudios y capacitaciones. Horas de dejar a nuestras familias, igual las casas, así que cuando se nos dice muy livianamente que somos personas ricas, de verdad que no es así. Y si comparáramos el sueldo que tenemos con los parlamentarios y con todas las asignaciones que tienen, ahí uno tendría que decir quién es más rico que el otro, ¿verdad? Y no estoy diciendo nada que no sea real. Nosotros no tenemos asignaciones de bencina ni oficinas en casas fiscales…».