Sabemos que las deudas sociales, laborales y de igualdad de género con las mujeres son gigantescas en el mundo, y especialmente en el país. Pero en la Región de Coquimbo, y particularmente en la ciudad puerto de Coquimbo, se está fraguando una historia artística que tiene la mirada, inteligencia, talento y, especialmente, el sonido de las mujeres como principal estandarte.
Ello, porque la Fundación Filarmónica de Coquimbo es dirigida, tanto ejecutiva como musicalmente, por mujeres, y además, en su Banda Infantil se cuenta con una fila de corno francés compuesta íntegramente por niñas.
Pasemos, entonces, a conocer cómo el arte proporciona espacios igualitarios, seguros y de alta validación para el trabajo y talento de mujeres y niñas.
Presente
auspicioso para
niñas y jóvenes
en la música
Constanza Rodríguez, presidenta de la Fundación Filarmónica de Coquimbo, y quien también se desempeña como profesora de flauta en la Orquesta Filarmónica Infantil de Coquimbo, resalta la tremenda responsabilidad de su cargo, y además su felicidad al ver a tantas niñas participar, especialmente en la Banda Infantil.
«Cuando yo iba en el colegio, sucedió en algún momento que solamente éramos cuatro mujeres en una banda sinfónica de 35 músicos y siento que afortunadamente eso ha ido cambiando», rememora.
De esta forma, el presente es mucho más auspicioso para las niñas y jóvenes que desean aprender y tocar música, afirma Constanza. «Veo que pueden desarrollar otras dinámicas que yo no tuve durante mi formación; las niñas de la banda son amigas entre ellas, no solo con sus pares de instrumentos, sino que también con otras filas, y eso es muy bueno, ya que se ven como un grupo con el elenco, y asimismo se ha ido formando una comunidad en una orquesta mayoritariamente conformada por niñas, pues tenemos 22 niñas y 12 niños», resalta.
Derribando
barreras
para dirigir
una orquesta
¿Y qué ocurre con las mujeres que ya cuentan con formación musical y experiencia en el ámbito artístico? Este es el caso de Ninoska Medel, directora artística de la Orquesta Filarmónica de Coquimbo, quien rememora algunos momentos de discriminación de género que sufrió durante sus estudios.
«Los espacios de interacción entre mujeres y hombres, sobre todo en la elección de instrumentos, se han visto afectados por el patriarcado y por todos los comentarios que recibimos muchas chicas, al menos las de mi generación y hacia atrás, a quienes se les decía que no podían tocar un instrumento X por ser mujer».
Al respecto, Ninoska manifiesta su deseo de que «esto de colocarle género a los instrumentos musicales no siga ocurriendo». Sin embargo, y pese a estas dificultades, explica que se visualizó durante toda su adolescencia como directora de orquesta. «Era lo que yo quería hacer, pero estaba muy consciente de lo complejo que era este camino y lo mucho que había que prepararse y estudiar. Tuve que pasar todas esas barreras, pero aquí estoy muy feliz hasta el momento con la carrera que he podido hacer».
